Morgan Stanley, entre dos aguas
Puede que pareciese que Morgan Stanley sería el único banco de inversión que no podría hacer dinero en el último trimestre. Pero si despojamos a la firma de Wall Street de sus excepcionalidades, los 159 millones de dólares en pérdidas que ha registrado se convierten en ganancias tolerables.
Pero para llegar hasta ahí hace falta añadir unas cuantas cosas a los ingresos. En primer lugar, la mejora de los 2.300 millones que Morgan Stanley tuvo que tomar como margen de los créditos sobre su propia deuda.
En segundo lugar, volvamos a los 850 millones que pagó para salir del programa TARP y, para ser generosos, olvidemos los cargos por swap de acciones preferentes presentados por Mitsubishi Financial, los costes de fusión con Smith Barney y un cálculo a medida de ingresos disponibles llevado a cabo por el Federal Deposit Insurance Corporation.
Todo esto eleva los ingresos totales hasta los 8.900 millones de dólares, dejando al banco de inversiones con unos beneficios antes de impuestos de 2.900 millones. Asumiendo que la factura por impuestos del 54% aún se aplica, eso deja unos beneficios de 1.330 millones, esto es, un 9% por acción en base anual. Mucho mejor que el 0,3% del primer trimestre.
Gran parte de los problemas vienen de los ingresos fijos. Con Citi y JPMorgan habiendo registrado el doble de ingresos que Morgan Stanley, superados a su vez por Goldman Sachs y Bank of America, Morgan Stanley parece más bien tímida. Asimismo, su división de gestión de patrimonios aún está perdiendo dinero, básicamente a través de sus inversiones principales.
Eso deja a la firma atrapada entre dos aguas: sus resultados comerciales están sufriendo porque no se están asumiendo demasiados riesgos, mientras que las inversiones aún están sufriendo porque en su momento se tomaron muchos.
La buena noticia es que una vez vuelva a funcionar adecuadamente y lleve a cabo la joint venture con Smith Barney debería arrojar mejores resultados y aumentar los retornos. Sin embargo, hasta que no esté meridianamente claro cuál es exactamente la tolerancia al riesgo de Morgan Stanley, es muy probable que sus accionistas se anden con cuidado.
Por Antony Currie