KKR tiene oído para los negocios
Para Henry Wadsworth Longfellow, la música era "el lenguaje universal de la humanidad". El dinero puede ser la lingua franca para los socios en la firma de capital riesgo Kohlberg Kravis Roberts (KKR), pero la combinación de ambas podría convertirse en una agradable melodía. Uniendo fuerzas con el grupo de medios alemán Bertelsmann, la firma de capital riesgo dirigida por Henry Kravis está lista para abalanzarse sobre algunos de los más selectos pedazos del negocio musical -copyrights de canciones-. Con el follón del segmento de la música grabada -y la propiedad de bibliotecas como la incierta de Michael Jackson- probablemente tendrán abundantes activos para escoger.
La extendida distribución digital de música ha hecho difícil a compañías como Warner Music y EMI hacer dinero con su tradicional negocio de descubrir nuevos artistas y comercializar sus melodías. Aunque el negocio del copyright está todavía produciendo buenas ganancias. En el trimestre finalizado en marzo, la división editorial de Warner contabilizó un 40% de margen operativo -cuatro veces los de su división de música grabada-.
Como resultado, los propietarios del copyright, como el altamente apalancado grupo británico EMI, pueden necesitar vender activos para seguir pagando la deuda y fijar su negocio de música. De igual forma, para que Warner pueda monetarizar parte de su biblioteca para ayudar a financiar una oferta por la división de música grabada de EMI, los propietarios de la firma de capital riesgo Terra Firma deberían desear vender.
Y propiedades como las del recientemente fallecido Rey del Pop y el antiguo mánager de Rolling Stones, Allen Klein, que murió esta semana, podrían entrar en el paquete también. La parte de Jackson en su empresa con Sony, que tendrá los derechos de la mayor parte del trabajo de los Beatles, tiene un valor estimado de unos 390 millones de dólares.
Aunque Bertelsmann vendió su negocio de música a Sony el año pasado, algunos de sus altos ejecutivos se quedaron y Bertelsmann mantuvo algunos de sus derechos musicales. Por eso al empresa tiene el know-how para construir un negocio de gestión de derechos. Ahora también tiene el dinero. KKR aporta 50 millones de euros por una participación del 51% y destinará otros 200 millones de euros a futuras adquisiciones.
Esto no es bastante para tragarse en su totalidad la porción de la biblioteca de los Beatles propiedad de Jackson. Pero con competidores para tales trofeos enfrentándose a sus propios problemas, puede probar suerte con el reparto. Y en el precio implícito que KKR está pagando por los 300 contratos de artistas en el catálogo de Bertelsmann, la empresa tiene bastante capacidad de disparo para doblar su catálogo en un santiamén.
La industria musical puede que todavía esté herida, pero sus empresas conjuntas parecen preparadas para el rock and roll.
Por Lauren S Laughlin