El asalto de Google
Con nocturnidad y alevosía, como el que sabe que traspasa ciertos límites hasta ahora vetados, Google anunciaba su sistema operativo basado en Linux, que con el nombre de Google Chrome OS, cuyo código será liberado a finales de año, estará disponible para el gran público a mediados de 2010. No podemos pasar por alto la trascendencia de esta noticia, no sólo porque supone de facto una declaración de guerra entre ambas compañías, sino por las repercusiones que tendrá en el usuario final.
En el escenario conocido hasta la fecha, el mercado de los ordenadores portátiles está copado por los distintos sistemas operativos de Microsoft, representando un monopolio de facto con un 96% de cuota de mercado. Ahora, Google pretende revertir en pocos años esta situación, presentando Chrome OS como un sistema operativo especialmente rápido, basado en código libre y diseñado para equipos portátiles, el único segmento de mercado de PC en continuo crecimiento, atacando así uno de los ingresos clave y recurrentes que aún le quedaban a la compañía de Bill Gates y en los que se basa para financiar sus aventuras, generalmente fallidas en los últimos años, dentro de internet.
La trascendencia de este movimiento estratégico se asemeja a la potencia de un enorme tsunami, que no por anunciado dejará de arrasar con todo a su paso y hará tambalear los cimientos de Microsoft. Es posible que este movimiento sea el principio del fin del monopolio que ha ejercido el sistema operativo Windows durante más de 15 años.
En primer lugar, los fabricantes de hardware esperaban la noticia deseosos de tener una alternativa al trato monopolístico de Microsoft en los últimos años, en el que se han visto forzados ante la falta de alternativas a cumplir una a una todas las exigencias del gigante de Redmond. Hasta la fecha las alternativas de código libre no tenían interés comercial para ellos, ni apenas demanda por parte de los usuarios. Ahora eso cambia, Google aporta una imagen de marca y garantías incontestables, un sistema operativo nuevo, basado en conceptos de cloud computing y todo ello a coste cero.
Y por si no fuera suficiente, a buen seguro Google ya prepara un plan estratégico con acciones de revenue share, para estimular e incentivar a los fabricantes a dar el paso y basar sus productos en el nuevo Chrome OS.
El usuario final tendrá un beneficio inmediato, al prescindir el fabricante del equipo del costo del sistema operativo Windows, que se puede repercutir en una reducción del precio rondando un 10%-15% de un equipo portátil.
Microsoft queda a expensas de jugar dos últimas cartas. En primer lugar, una política de reducción de precios sobre su sistema operativo como vía de minimizar el problema, y en segundo lugar confiar en la hasta ahora alta dependencia del usuario de ejecutar los programas diseñados para PC, cosa que no podrá hacerse bajo Google Chrome. Sea como sea, la guerra total ha empezado, y cada usuario debe tomar partido.
Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña. CEO de Ocio Network