"Las empresas deben saber que la auditoría de calidad es cara"
Asegura que la crisis está llevando a las empresas a presionar para reducir los honorarios que se pagan por las auditorías, pero el presidente de KPMG asegura que los precios que se cobran en España son de los más bajos de Europa y que las auditorías de calidad, que aportan mucho valor añadido, son caras.
Este escocés -nació en Johnstone en 1962-, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Glasgow y Miembro del Institute of Chartered Accountants en Escocia y del Registro Oficial de Auditores de Cuentas de España, preside desde hace cuatro años KPMG en España y es miembro además de numerosos consejos de la firma en el ámbito internacional, como el Consejo Global de KPMG, del Iberoamericano y de KPMG en Europa, Medio Oriente y África. Además, es el presidente del consejo de nombramientos y remuneraciones del consejo Global de KPMG. En 1992, con 30 años de edad, se convirtió en el socio más joven en la historia de KPMG en España.
La firma que usted preside en España se encuentra integrada desde octubre del pasado año en KPMG en Europa. ¿Cómo influye esta globalización al negocio?
El mundo global requiere una firma que no solo esté federada, sino que es importante que los vínculos sean muchísimo más fuertes. No es igual el enfoque que se da dentro de una federación, donde los países grandes lideran los procesos y luego los pequeños tienen que adaptarlo. Ahora se está involucrado desde el primer momento en todo lo que se está haciendo y eso es bueno para el negocio.
¿Cree que ese nuevo modelo que están adoptando las grandes firmas de servicios profesionales está provocando que exista aún más diferencia entre las cuatro grandes y el resto de las auditoras?
No sé si eso hace que haya más espacio entre las cuatro grandes y el resto porque, precisamente ahora, cuando nos sentamos con los equipos técnicos de los reguladores, no lo hacemos solo las cuatro grandes, sino que también están BDO y Grant Thornton. De hecho, estas firmas también han hecho adquisiciones en los últimos años para crecer. Pero la realidad es que la gran mayoría de las grandes corporaciones y bancos están auditados por los cuatro grandes, porque llegamos a todas partes y tenemos una capacidad de reacción muy rápida.
¿La decisión de globalizar la firma fue una respuesta a la crisis o a la globalización de las empresas?
La decisión se tomó no solo porque ya se veía venir la crisis, sino porque yo creo que todos pecamos de hablar en nuestros respectivos países de las empresas como si fueran nacionales, pero son globales. Si miramos a las empresas multinacionales españolas nos damos cuenta de que buena parte de sus beneficios se generan fuera de España. Si una firma no les acompaña en su crecimiento y evolución, no va a tener éxito. Así que la respuesta es que nuestra globalización tiene que ver con la internacionalización de nuestros clientes.
¿Cómo afecta la crisis a KPMG?
Se ha reducido sustancialmente nuestro trabajo relacionado con transacciones, pero aún así, seguimos siendo número uno en España y en Europa en cuanto al número de operaciones realizadas. Lo que sí hemos notado es un aumento en todo el tema de reestructuración de los negocios. Y en cuanto nuestra facturación, hasta mayo íbamos creciendo al 5%, aunque la tendencia en estos últimos meses es de reducción, con lo que probablemente terminemos el ejercicio, en septiembre, en el entorno del 2% ó 3% de crecimiento.
¿Las empresas a las que auditan les presionan para rebajar sus honorarios?
Sí, pero es importante que se reconozca el valor que aporta la auditoría y el precio que cuesta tener recursos disponibles, gente especializada en sus áreas, los cambios de normas contables, cambios regulatorios . Estar al día en todas estas cosas requiere una inversión importante. Es verdad que las empresas quieren reducir los precios, pero éstos siguen siendo más baratos que en otros países de Europa, más que en Portugal y que otros países donde el PIB es menor que en España. Esto es una herencia de lo que pasó a principios de los 90 donde los precios bajaron muchísimo y no se llegaron a recuperar. Pero la crisis ha puesto más de manifiesto que se necesita una auditoría de calidad. Y eso cuesta dinero. Lo que no puede ser es que una hora de auditoría cueste lo mismo que la de un fontanero. Eso no tiene sentido.
Ustedes acaban de ganar la auditoría de Endesa. ¿Cree que va a haber baile de auditoras por la crisis?
La crisis puede hacer que haya cambios, pero lo importante es, y eso está en manos de las comisiones de auditoría, que esos cambios se hagan por razones de calidad, enfoque y, por supuesto, algo de precio, pero no exclusivamente por esto último. Y me temo que se va a mantener el auditor pero a base de una reducción de precio. Yo creo que en estos momentos más que nunca nos tenemos que parar a ver qué es lo más importante. Hay un libre mercado en el que el cliente elige al auditor que más le conviene, pero debe tener en cuenta que hay diferencias en el mercado entre unas firmas y otras.
¿Qué supone para el negocio de KPMG la entrada de Endesa al negocio de auditoría?
Está muy bien, seguiremos siendo el número tres en cuanto a facturación, pero para nosotros el tema fundamental es convertirnos en auditores de un referente en un sector tan estratégico en España.
¿Qué peso tiene el negocio de auditoría en la firma respecto al resto de las áreas?
Alrededor del 40%. Sigue siendo el negocio más importante. De las cuatro grandes somos probablemente en la que el peso es menor, porque estamos más diversificados hacia otras áreas.
Hacia unas normas de auditoría comunes
"Es fundamental que las normas de auditoría sean las mismas en todas partes. Por muchas razones. No se puede pedir que una empresa esté pagando por cosas distintas en cada país", asegura John Scott, en apoyo a la propuesta de la Comisión Europea de adoptar unas normas comunes de auditoría, en un proceso similar al de la armonización contable. El presidente de KPMG en España opina que en la actualidad los reguladores están hablando y comunicándose con la profesión. "Antes solo se preocupaban de ver cómo funcionaba la auditoría en cada país, pero ahora se interesan también por saber cómo funcionan en los demás y eso es muy positivo". Scott considera además que la adopción de unas normas comunes de auditoría sería un proceso mucho más sencillo que el que supuso la de la contabilidad internacional. "Es una adaptación mínima y el tema fundamental, que es lo que importa, es que haya una auditoría de calidad y para que sea así hay que asegurarse de que todos tengan claro lo que tienen que hacer", señala. El presidente de KPMG en España cree que en la actualidad se dan situaciones en las que hay grupos multinacionales que gastan más dinero en auditorías locales que de lo que gastan en la auditoría de todo el grupo, que sí tiene más peso porque aporta una visión más global. "Cuántas veces hemos visto que tenemos una multinacional que tiene en un país una planta que no tenía pérdidas pero porque tenía operaciones intragrupo, pero que al grupo no le iba bien. Por eso lo más importante es que todo el mundo tenga más visión de las cuentas del grupo más que de las individuales. Cuanta más transparencia haya, mejor", asegura.