Paz política para el fondo de rescate
El Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se enfrenta hoy a su primera gran prueba de fuego. El decreto ley que lo regula ha de obtener la luz verde del Congreso de los Diputados. Y llega a esta cita rodeado de notables diferencias políticas. Y en un doble sentido. Por una parte el rechazo, al menos en declaraciones públicas, del Partido Popular (PP) al diseño planteado por el Gobierno. Y por otra, la intención de varios Ejecutivos autónomos (encabezados por el catalán, el andaluz y el extremeño, todos socialistas) de recurrirlo ante el Tribunal Constitucional, dado que estiman que el fondo de rescate bancario invade sus competencias en favor del Gobierno central y del Banco de España.
Precisamente ayer, el gobernador del Banco de España lanzó un par de mensajes muy oportunos en medio de este debate. Miguel Ángel Fernández Ordóñez dijo tener "las manos libres" para reestructurar el mapa financiero con un coste mínimo y aseguró que el decreto ley guarda el equilibrio de poderes entre el Estado y las comunidades autónomas. Es evidente que una tarea tan trascendente para el futuro de la recuperación de la economía española como es la reestructuración bancaria debe estar rodeada de ingentes dosis de consenso político, inteligencia, tacto, firmeza en las decisiones y la más absoluta discreción.