El gusto europeo por los bonos corporativos
No todo lo relacionado con la deuda a propósito de la crisis ha sido un desastre. Los prestatarios corporativos en Europa han descubierto un gran aprecio por los mercados de bonos. La emisión récord se ha dado tras el colapso en los préstamos bancarios. Si el cambio en la financiación continúa, será uno de los acontecimientos bienvenidos del desastre.
En el primer semestre del año, la emisión corporativa europea fue de 344.000 millones de dólares. Esto es ya un tercio más que lo que fue emitido en todo 2008, según Thomson Reuters. Es también un 70% más que el volumen de préstamos corporativos hasta ahora. En 2007, los 1.400 billones de dólares de préstamos corporativos fueron seis veces la emisión de bonos del continente.
Algo de la caída de los volúmenes de préstamos puede ser atribuido a la reducida demanda. Las compañías sencillamente han estado invirtiendo y adquiriendo menos para reforzar la crisis. Pero mucho de esto ha sido resultado del rápido y extendido apalancamiento bancario que ha empujado al alza el precio de los préstamos, y para algunos, casi el cierre del negocio.
Cuando los bancos han rehusado dar préstamos, los inversores han sido demasiado impacientes. Los spreads de los bonos corporativos han sido atractivos frente al bajo rendimiento de los bonos públicos. Los valores, a pesar del alza del segundo trimestre, eran considerados demasiado arriesgados para muchos hace un par de meses. Incluso los inversores minoristas han estado haciendo acopio de bonos corporativos.
La liquidez en los mercados de bonos no es la panacea -ahora o en el futuro-. Sólo las grandes compañías pueden acceder a ellos. Además, los inversores han empezado ya a volverse más exigentes sobre qué papel deben comprar. Como los spreads han subido y los valores han repuntado, el atractivo de los bonos podría caer. Existe el riesgo de que la marea que llegó rápidamente pueda desbordarse.
Las compañías europeas también harán regresar inevitablemente a sus prestamistas de confianza -una vez que puedan ser de fiar de nuevo-. Pero al haber tenido un mayor gusto por la flexibilidad proporcionada para ellos por los mercados de bonos, han acertado al explotar un más sano mix de liquidez progresando. Tendrán que darle las gracias a la crisis por esto.
Jeffrey Goldfarb