¿Es demasiado solidario el modelo de financiación?
El sistema para redistribuir los ingresos públicos entre las comunidades supone el punto más polémico del debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. La llamada solidaridad interterritorial se utiliza como arma arrojadiza entre territorios, que se acusan mutuamente de insolidarios.
Cataluña y Baleares defienden que la redistribución actual es excesiva, mientras otras comunidades como Extremadura o Castilla y León temen que el nuevo modelo, de aprobarse, resulte menos beneficioso para sus intereses.
Los últimos datos de liquidación del sistema de financiación, que corresponden a 2007, muestran que antes de aplicar la solidaridad interterritorial, Madrid, Baleares y Cataluña son las comunidades con más recursos per cápita. Sin embargo, una vez efectuada la redistribución, estas mismas pasan de liderar el ranking de financiación por habitante a ocupar el vagón de cola (ver gráfico inferior).
Revertir esta situación representa el objetivo de la Generalitat. Cataluña defiende que los mecanismos de solidaridad acerquen los recursos per cápita de las comunidades pero rechazan que se inviertan las posiciones, como ahora. Con la propuesta catalana y con los datos actuales, Madrid sería la comunidad con más recursos per cápita. Cataluña considera que la "excesiva redistribución" supone un desincentivo para gestionar eficazmente los impuestos ya que "los esfuerzos fiscales de una comunidad no implican una mejora de su financiación." El modelo propuesto por el Gobierno contempla reducir las diferencias. Sin embargo, según la Generalitat, la propuesta de Moncloa no impedirá que se siga alterando el ranking de recursos.
Con los datos de 2007, la financiación por habitante de Baleares ascendía a 1.870 euros mientras que la de Extremadura sumaba 3.000 euros. Una distancia superior a 1.000 euros que el propio Manuel Chaves, vicepresidente territorial, define como "excesiva". Aun así, se desconoce qué diferencia considera razonable.
En cualquier caso, todas las comunidades coinciden en que Baleares es, con diferencia, la peor tratada. De hecho, antes de aplicar los mecanismos de solidaridad, Baleares mantiene el segundo puesto en el ranking de recursos y, una vez redistribuida la financiación a través del fondo de suficiencia, pasa a ocupar el último lugar.
Por otra parte, la situación de Baleares también se debe a que el actual modelo ha devenido ineficaz para adaptarse al boom demográfico vivido. Baleares, entre 1999 y 2007 incrementó su población un 25%. Ningún territorio ha sufrido una explosión demográfica tan fuerte. El tema no es baladí porque el sistema de financiación utiliza la población de 1999 para distribuir los recursos. Así, Baleares recibe dinero como si tuviera 700.000 habitantes cuando en realidad supera el millón. Un problema que también afecta especialmente a Murcia, Madrid y Canarias.
Sin embargo, esta anomalía terminará este año si se cumplen los deseos de José Luis Rodríguez Zapatero, que fijó el 15 de julio como límite para acordar un nuevo modelo. Chaves, antes de agotar el plazo, ha iniciado una nueva ronda de contactos para lograr el ansiado consenso.
El Gobierno tiene una baza a su favor: todas las comunidades obtendrán más dinero con el nuevo modelo. Economía ha anunciado que aportará 9.000 millones adicionales, aunque probablemente esa cifra será superior. Así, rechazar el nuevo modelo implicará perder recursos.
Por otro lado, si bien es cierto que las diferencias de recursos per cápita se acortarán, seguirá habiendo asimetrías. Es así porque las comunidades entienden que no hay nada tan injusto como "tratar igual situaciones desiguales". Por ejemplo, a Galicia le resulta mucho más caro que a Madrid financiar el transporte escolar al contar con pueblos pequeños y distanciados. Si no existieran diferencias territoriales tan notables, sería factible igualar los recursos por habitante. Sin embargo, entonces, España ya no sería España ni la financiación un sudoku para jugadores avanzados.