La liquidez de los bancos centrales llega al mercado de deuda privada
El dinero se pone a trabajar. La caída de los tipos de interés, la baja rentabilidad de la deuda estatal y las incertidumbres que penden sobre la Bolsa han disparado el atractivo de la deuda empresarial. La gran aceptación de las últimas operaciones y la apertura del mercado a firmas de bajo rating ponen de relieve la enorme liquidez del sistema. Los esfuerzos de los bancos centrales surten efecto y la actividad recuerda a los mejores tiempos.
El mercado de deuda empresarial ha dado un vuelco en los últimos meses. Del cierre total que sufrió durante cinco semanas tras la quiebra de Lehman Brothers ha pasado a unos niveles de actividad previos al estallido de la crisis. Hasta la fecha las empresas europeas ya han colocado 202.600 millones de euros, un 175,6% más que en el mismo periodo de 2008, según datos de BNP Paribas. Y todo indica que 2009 pasará a la historia como un año récord en términos de volúmenes de emisión.
La reapertura del mercado de capitales ha sido lenta. A finales del pasado ejercicio y principios de este año el mercado sólo aceptaba papel de empresas defensivas, con elevada calificación crediticia y exigía spreads muy elevados. A día de hoy la situación es bien distinta. La demanda supera con creces la oferta, los spreads se han reducido de forma drástica, el mercado acepta papel de todo tipo de sectores, las firmas de rating bajo pueden emitir y los libros de peticiones se cubren en cuestión de horas.
"El inversor está cada vez más tranquilo y como las Bolsas están volátiles ha habido traspasos de dinero de renta variable a renta fija. Con los spreads de la deuda estatal bajos y en un contexto en el que parece que la economía ha tocado fondo se ha apostado por la deuda empresarial", explica Fernando García, responsable de bonos mercado de capitales de SG CIB. Algunas de las operaciones que se han visto en la última semana son un claro síntoma del grado de aceptación. Gas Natural, por ejemplo, emitió 2.500 millones de euros en dos tramos con vencimiento a cinco y diez años. Una operación que suscitó un gran interés a pesar de que era la primera vez que la empresa acudía al mercado tras la adquisición de Unión Fenosa. En el tramo a 5 años emitió 2.000 millones de euros y en media hora ya tenía peticiones por más del doble. Finalmente se solicitaron 9.000 millones y la empresa pudo ajustar el precio al rango bajo de la horquilla que manejaba con lo que pagó un cupón del 5,25% (235 puntos básicos más el midswaps).
El tramo a 10 años no fue público y se cerró una vez que se consiguió un libro de 500 millones de euros a pesar de que tan sólo un día antes un sondeo a inversores no resultó muy satisfactorio, explica Fernando García, de Société Générale, una de las entidades que lideró la operación en la que se pagó un cupón del 6,375% (275 puntos básicos más midswaps).
Estas emisiones, además, siguen teniendo un buen recorrido en el secundario, donde se han estrechado entre 10 y 20 puntos básicos. "La operación de Gas Natural es un reflejo de la liquidez del mercado. Se trata de una compañía con un triple B. Un nombre desconocido en el mercado que ha podido colocar a un precio muy bueno. Estamos volviendo a una situación de liquidez de antes de la burbuja. Es increíble", dice Enrique Gutiérrez, del equipo de mercados de capitales de BNP Paribas.
Empresas como Pernod Richard, con un por debajo de grado de inversión, o otras de sectores muy cíclicos como Lafarge, Saint Gobain o Heineken también han podido apelar con éxito. Está por ver si el ritmo actual se mantiene. "Muchos han hecho ya lo que necesitan para los dos próximos años y la oferta se va a ir ralentizado", augura García. Pero la demanda de fondos, inversores privados y bancos sigue viva de momento.
Más dinero con la bajada del euríbor
La bajada del euríbor a 12 meses al 1,515% esta semana, coincidiendo con las inyecciones de liquidez realizadas por el BCE, ha puesto en evidencia los efectos de inundar de dinero el sistema. La rentabilidad que pueden obtener los inversores en activos sin riesgo se reduce y crece la liquidez en busca de rentabilidades. Esta tendencia, unida a los bajos tipos de la deuda estatal -la rentabilidad del bono a 10 años español está en el 4,1%- aumenta el atractivo de los bonos empresariales para los inversores.Las empresas, conscientes de la menor aversión al riesgo del mercado y de la enorme liquidez, han aprovechado el filón para financiarse a tipos cada vez más atractivos. Esta misma semana Enagás emitió 1.000 millones a tres y seis años. Para la emisión a seis años pagó el 4,375% (midswaps más 125 puntos básicos). En febrero EDP, con rating similar, emitió 1.000 millones a cinco años y pagó un spread 265 puntos básicos sobre midswaps.