¿Está justificado el actual optimismo?
Tras unas semanas en las que parecía que la crisis había pasado a mejor vida, la cruda realidad parece imponerse de nuevo, dadas las dudas más que razonables sobre la rapidez de la recuperación de las economías y mercados financieros mundiales. Así, a pesar de que la mayoría de los datos macroeconómicos ha continuado mostrando una cierta recuperación, ésta parece ser bastante más lenta de lo inicialmente esperado, mientras que la fragilidad del mercado laboral y sector viviendas debilita aún más las salud financiera de los consumidores, empujando al alza las tasas de ahorro, lo que difícilmente estimulará el consumo y la producción.
Sorprende además la disparidad del comportamiento de los componentes de las principales encuestas de confianza de la zona euro, como el IFO o el ZEW, en las cuales, a pesar de observarse una cierta mejora en las expectativas de crecimiento de los próximos meses, el sub-índice que mide la situación actual de la economía continúa alcanzando nuevos mínimos cada mes. Esta discrepancia no puede durar mucho y la clave será ver cuál de los dos componentes acaba 'teniendo razón'. En caso de que los indicadores más adelantados estén justificados, la percepción de la situación actual de la economía tenderá a mejorar, fortaleciendo las raíces de los incipientes brotes verdes. Pero si el actual panorama se perpetúa haciendo que estas expectativas se adecúen a una realidad más austera, el actual entorno de bajos precios y crecimiento subpotencial durará una buena temporada.
Las actualizadas previsiones de la OCDE sitúan el crecimiento de España en el -4,9% este año, seguido de una caída del 0,9% en 2010, sólo superada por los mayores descensos de crecimiento de otras potencias como Hungría e Irlanda. Y todo esto con un euro a 1,41 dólares y unas caídas de pedidos industriales en la zona euro del 36% anual. Parece que los 400.000 millones de euros que el BCE ha prestado esta semana al sector bancario al 1% no va a ser suficiente para ver una rápida recuperación de la economía europea y española.
Antonio Villarroya. Jefe de estrategia global de tipos de interés de Merrill Lynch