El nuevo proyecto sobre energías renovables de EE UU
El pasado 21 de mayo, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del Congreso de EE UU aprobó el proyecto de Ley estadounidense sobre Energías Limpias y Seguridad (Acesa, por sus siglas en inglés, o Waxman-Markey bill, por los senadores, demócrata y republicano, impulsores del mismo). De ser aprobada, esta ley será sin duda la medida más ambiciosa y revolucionaria en EE UU en materia de reducción de emisiones de gases invernadero y de apoyo al sector de las energías renovables, continuando la línea marcada por el American Recovery and Reinvestment Act, aprobada recientemente y que prevé importantes ayudas destinadas a impulsar el desarrollo de las energías limpias en EE UU.
La medida clave del Acesa es la previsión de disminuir progresivamente la emisión de gases invernadero en EE UU, que debería ser en 2020 inferior en un 17% en relación con los niveles de 2005, y en un 83% para el año 2050. Para promover esta reducción, el Gobierno fijará topes a la emisión de gases para cada productor; para poder sobrepasarlos, los productores deberán adquirir nuevos cupos del propio Gobierno o de terceros que tengan excedentes. Este sistema promovería la reducción de las emisiones de gases y al mismo tiempo generaría cuantiosos ingresos públicos. Con el fin de evitar que el impacto inmediato sobre la economía sea excesivo para las principales empresas emisoras de gases invernadero, las empresas de sectores económicos esenciales (producción de electricidad, fabricación de automóviles, industria del aluminio, cristal, acero, etcétera) deberán pagar, al menos inicialmente, sólo parte del importe total de los cupos.
Por otra parte, el Acesa apoyaría directamente a las energías renovables, obligando a que para 2025 el 15% de la energía producida en cada Estado provenga de fuentes renovables. Además, se destinaría un 16% de los ingresos públicos derivados de la venta de los cupos a proyectos de investigación y desarrollo de energías renovables. Un 1% de los ingresos generados por la venta de cuotas se destinaría a la creación de ocho centros regionales para la innovación en las energías renovables.
Para obtener la aprobación del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, el primer gran filtro a lo largo del proceso legislativo, la propuesta de ley ha sufrido significativas reformas respecto de su contenido original. Inicialmente, se preveía que para 2020 las emisiones de gases invernadero se hubieran reducido en un 20% sobre de los niveles de 2005, y no en un 17%. Asimismo, el proyecto original no establecía descuentos sobre el precio a pagar por los cupos de emisiones. Estas modificaciones responden a la necesidad de obtener compromisos que satisfagan a representantes y senadores de muy diversos Estados, pero hacen a la vez que el proyecto sea vulnerable a los ataques tanto de los que desearían que la ley fuese más ambiciosa como a los de aquellos que consideran que la norma ya es demasiado gravosa de por sí.
Para llegar a convertirse en ley, el proyecto deberá ser aprobado por varios comités y, finalmente, por el Congreso (Cámara de Representantes y Senado). El hecho de que el Partido Demócrata, mayoritariamente a favor de esta ley, domine ambas Cámaras del Congreso no implica el apoyo de todos sus senadores y representantes, ya que muchos de ellos provienen de Estados con economías basadas en actividades productoras de grandes cantidades de gases invernadero y que se verían afectados directamente por los costes añadidos derivados del Acesa.
Precisamente, la cuestión del coste para la economía del Acesa está siendo ampliamente debatida. Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente, la ley costaría menos de 100 euros al año por cada familia norteamericana; otros análisis, sin embargo, hablan de más de 2.300 euros por año y familia. Además, se duda del verdadero impacto del Acesa en el medio ambiente global, dado que, por su alcance limitado, las medidas no contrarrestarían el aumento en producción de gases de otros países como China o India.
En cualquier caso, si el Acesa llega a convertirse en ley, no cabe duda de que supondrá un cambio radical en el panorama del sector de la energía en EE UU, promoviendo las energías renovables contundentemente, en detrimento de las tradicionales fuentes de energía.
José Antonio Morán y Andrés Arnaldos. Área de Project Finance de Baker & McKenzie LLP Chicago