Señales confusas en el mercado de bonos
La fuerte subida de tipos abre el debate sobre los riesgos de inflación.
Llegan señales confusas del mercado de bonos. El espectacular repunte de las rentabilidades de la deuda en las últimos meses deja dos lecturas bien diferenciadas. Si bien la mayoría de expertos ve en las fuertes ventas de deuda gubernamental una normalización de niveles como consecuencia de la mayor confianza económica, otros lo interpretan más como una advertencia del mercado sobre futuras tensiones inflacionistas.
Así, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años, que en diciembre llegó a caer a niveles del 2%, ha repuntado desde los 2,5 de marzo hasta superar el 3,8%. Una tendencia similar a la que ha vivido la deuda europea. El bono español a 10 años ha pasado en algo más 4,36%, mientras que el bund alemán ha repuntado al 3,6% desde el 2,9% de marzo.
"La deuda estaba sobrevalorada y lo que hemos visto ha sido una corrección. Entre septiembre y marzo se compraba como el único activo seguro y la subida de precios era insostenibles. Esas compras coincidieron con un escenario de deflación y por eso se toleraban rentabilidades bajas. No hay que preocuparse el mercado aún no descuenta un proceso inflacionista", explica Félix López, director de Atlas Capital.
El exceso de oferta también explica la caída de precios de la deuda
Morgan Stanley también es de la opinión de que el repunte de las rentabilidades de la deuda se debe a un proceso de normalización tras la burbuja creada en noviembre y diciembre. "La mayor parte del rebote en EE UU obedece a un regreso a un nivel de valoración ajustado a fundamentales. En el medio plazo pueden repuntar más porque hay posibilidad de que las expectativas inflacionistas crezcan ya que veremos más relajación cuantitativa y esperamos que la economía toque fondo".
La mayoría de expertos ven aún prematuro hablar de tensiones inflacionistas. "Todavía estamos en una recesión y los bancos centrales seguirán siendo laxos hasta que no veamos signos claros de recuperación. Es cierto que los paquetes de estímulos serán inflacionistas pero es pronto para preocuparse", añade Stefan Isaacs, de M&G. "Si las economías crecen por debajo de potencial difícilmente van a crear inflación. El movimiento reciente nos parece exagerado. Sólo tiene sentido si se cree que veremos una recuperación en uve aunque también obedece a la gran oferta y a motivos técnicos", dice Antonio Villarroya, jefe de estrategia global de tipos de Bank of America.
Las necesidades de financiación millonarias de los Estados ha inundado de papel el mercado y muchos también ven en los desequilibrios entre la oferta y la demanda una explicación a la caída de la deuda. Goldman Sachs estima que sólo EE UU emitirá 3,25 billones de dólares (2,32 billones de euros) este año. "Creo que ha habido un flujo de oferta que no se ha podido neutralizar con las medidas no convencionales de los bancos centrales. La caída de la deuda viene más por el papel que la recuperación. Las correcciones abren oportunidades sobre todo en los plazos más cortos porque los tipos van a estar bajos un tiempo. En Europa pueden incluso bajar al 0,75%", dice Joaquín González-Llamazares, responsable de renta fija de DWS Investments.
El miedo a rebajas de rating en países como España, Reino Unido o EE UU después de que esta semana Irlanda viese su calificación recortada por S&P tampoco favorece a la deuda, al restarle atractivo.
¿Amenaza?
Los expertos descartan, de momento, que la subida de los tipos de la deuda suponga un freno a la recuperación siempre que los repuntes sean graduales. La gran duda para Bank of America se generaría si se pone en duda la credibilidad de los Estados; de momento algo descartado, aunque donde más preocupa es en EE UU.