El paraíso canadiense
El mayor rescate público realizado por Canadá hasta la fecha es la filial local de General Motors, y no una compañía indígena. Sus bancos son relativamente conocidos, su recesión es superficial y su presupuesto y sus déficit de pagos son menores que los de EE UU. Con una economía fuerte en recursos en rápida apreciación y con un Gobierno fiscalmente cuidadoso, Canadá parece un refugio más seguro en tiempos revueltos que su vecino del sur.
Igual que los bancos estadounidenses, los canadienses entraron en dificultades cuando se colapsó el boom inmobiliario. Sin embargo, estaban mejor capitalizados y habían sido más cautelosos. Así que la simple operación del Canada Mortgage and Housing Corporation, que comportó un impulso a la liquidez del mercado más que una inversión en los bancos, mostró ser suficiente para aliviar los problemas del sector financiero canadiense.
Al margen del sector financiero, el único rescate público efectuado en Canadá ha sido el de la rama local de GM. Y las ayudas han sido menos generosas que en EE UU, en parte porque en Canadá el Gobierno no está obligado a asumir la responsabilidad de las pensiones de las compañías que quiebran.
La salud de los presupuestos canadienses es mejor que los de EE UU. Su déficit estimado para 2009 es de sólo el 2,3%, contra más del 10% que se espera en el país vecino. A principio de los años 90, el gasto de los gobiernos Federal y provinciales de Canadá fue mucho más alto en relación al tamaño de la economía que los de EE UU. Pero ambos países han convergido ahora, aunque los costes de Seguridad Social en Canadá son cubiertos principalmente por el Estado.
Canadá tiene también recursos naturales en abundancia. Pero sus altos costes de producción le hicieron parecer vulnerable a una recesión en la que se colapsaron los precios de las commodities y de la energía. Pero el reciente repunte de los precios ha situado el precio del petróleo por encima de los costes de extracción en suelos alquitranados, característica de las zonas petrolíferas canadienses.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, está preocupado por la seguridad de los activos de su país en dólares estadounidenses. Puede que considere diversificarlos hacia el norte.
Martin Hutchinson