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Tribuna
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El ejemplo de China

En una economía globalizada como la actual, donde todos los países, en mayor o menor medida, están siendo afectados por las turbulencias económicas y financieras, ¿dónde está el porvenir?, como decía el grupo punk Eskorbuto. Pongamos nuestra mirada en Asia y en concreto en China, país que nunca deja indiferente a nadie.

Shanghai calienta motores para la celebración de la Expo 2010 (del 1 de mayo al 31 de octubre de 2010) y recibir a 70 millones de visitantes esperados. El lema de su Expo, Una mejor ciudad, una mejor vida, muestra el deseo de habitar en ciudades con menos contaminación, capaces de ahorrar energía, con mejores infraestructuras y que contribuyan al desarrollo sostenible. Y tal vez el lema de Shanghai está dando algunas claves para actuar en el escenario económico actual.

Las exportaciones, inversión y niveles de consumo en China se han visto afectadas negativamente por la situación económica actual, sufriendo una importante contracción. El Banco Mundial ajustó las expectativas de crecimiento del PIB chino, reduciéndolo hasta el 6,5% para 2009. En su informe de marzo, indica que los precios de consumo en el mes de febrero han sido un 1,6% más bajos que en 2008.

Sin embargo, la crisis en China parece que empieza a tocar fondo y se espera que a finales del primer semestre de 2009 comience a dar señales de recuperación de la crisis. A finales de 2008, China anunció un importante paquete de estímulo económico para 2009-2010 para fortalecer su economía. Se comprometieron 3.370 millones de dólares para proyectos de ahorro energético, ecológicos, protección medioambiental y de lucha contra la contaminación.

Se está realizando una extraordinaria inversión en transporte, en concreto, en el ferrocarril, que se ha triplicado respecto a 2008. El 31 de marzo de 2009, el Banco Mundial realizó a China un préstamo de 150 millones de dólares para el proyecto de Hubei Yiba Highway y el 16 de abril, otro de 300 millones de dólares para la construcción del proyecto GuiGuang Railway (coste total 12.500 millones de dólares). Este último construirá una línea de ferrocarril de 857 km, uniendo las ciudades de Guiyang (Guizhou) y Guangzhou (Guangdong), reduciendo la duración del viaje entre la zona occidental menos desarrollada del suroeste de China y las zonas comparativamente más desarrolladas de la región del delta del río de la Perla, a cinco horas (actualmente 24 horas).

La vecina Mongolia también apuesta por la inversión en infraestructuras. En abril celebró en Pekín la 11a Sesión del Sino-Mongolia Joint Committee on Trade, Economy, Science and Technology, para analizar las oportunidades de cooperación bilateral en materia de construcción de infraestructuras y desarrollo de recursos.

Cuando Haibao, la mascota azul de Shanghai 2010, dé la bienvenida a los visitantes, comprobaremos algunos de los efectos de estas medidas de activación de la economía china. ¡Nihao Haibao!

Patricia Ordóñez de Pablos. Directora de International Journal of Chinese Culture and Management

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