¿Qué moneda de reserva elegir?
Espejito, espejito mágico, ¿cuál es la moneda más fea de todas? El dólar, interesante en la confusión otoñal, vuelve a parecer otra vez poco atractivo. Ha descendido desde los máximos de 1,25 dólares por euro en marzo a 1,38 dólares esta semana. Pero en un mundo que está soportando la peor recesión desde los años treinta ninguna de las mayores monedas parece atractiva. El banco central de EE UU no está solo en el recurso de imprimir dinero para conjurar la amenaza de deflación. Y si los mercados recuperan su sensibilidad por el riesgo, el billete verde podría fácilmente empezar a parecer tentador una vez más.
Por ahora, el dólar no parece tener nada previsto para ello. La Reserva Federal de EE UU ha recortado su tipo de interés de referencia casi a cero. Peor aún, está imprimiendo dinero y usando el recién acuñado para comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos. Los chinos, los mayores acreedores extranjeros de Estados Unidos, han dejado bastante claro que tienen una borrosa visión de su "errónea política". Sin inmutarse por el gesto adusto de Oriente, algunos gobernadores de la Fed han estado abogando por imprimir más dinero para comprar bonos, según las actas de la Fed.
La caída del dólar también coincide con que algunos traders llaman la reactivación de la industria: el enorme rally alcista de valores y activos de más riesgo desde su punto más bajo alcanzado en marzo. Convencido de que el mundo está sorprendentemente reparado, los inversores se han mostrado felices de volver a especular. La libra ha sido una de las beneficiarias de ello, alcanzando el 21 de mayo su máximo frente al dólar este año, 1,58 dólares. Pero una rebaja de las previsiones en Reino Unido por parte de S&P acaba de desinflar la libra. Los comunicados de la agencia de rating son un oportuno recordatorio de que no sólo EE UU está manejando un déficit público de doble dígito, duplicando su deuda en el espacio de un par de años y rogando que el dinero impreso generen la recuperación económica.
También el euro ha estado ganando admiradores. Aunque su casto atractivo previo -en forma de oposición alemana a imprimir moneda- ha sido empañado un poco por la decisión del BCE de comprar 60.000 millones de euros de bonos de cobertura. El BCE consideró adquirir más del doble de esa cantidad, según Bloomberg. Apenas sorprende pues la caída de la eurozona es horriblemente profunda. La economía alemana se hundió un 6,7% en el primer trimestre respecto a un año antes. La caída comparable en EE UU fue del 2,6%. Ahora ¿qué moneda es la más fea de todas?
Ian Campbell