'No, you cannot'
La Administración Obama quiere mantener el gasto en ayudas públicas. Eso incluye más de 500.000 millones de dólares en total para el Fondo Monetario Internacional, parte del TARP y los rescates de Fannie Mae y Freddie Mac. Esto podría mejorar la óptica presupuestaria del déficit, pero no cambiaría la necesidad de préstamos de Estados Unidos. Y ésa es la prueba real.
La Administración Bush financió la mayor parte de la guerra de Irak a través de partidas presupuestarias suplementarias. El presidente Barack Obama, por su parte, está continuando con dicha práctica, sumando una partida suplementaria de 108.000 millones de financiación pública al FMI.
Gran parte de los 700.000 millones del TARP y la totalidad de las contribuciones de capital a Fannie y Freddie (85.000 millones hasta ahora, con un máximo de 400.000 prometidos) también han sido excluidos de los presupuestos, incluso si para el TARP el Gobierno ha incluido una estimación de sus pérdidas potenciales en las inversiones llevadas a cabo. Las inversiones de la Reserva Federal en activos tóxicos tampoco están incluidas en las cifras del déficit, aunque hay un dato tapón global de 250.000 millones en el presupuesto de 2009 para ayudas públicas al sector financiero.
Desde el punto de vista económico, la contabilidad de la Administración del TARP es soportable y su trato de la inversión del FMI es discutible, porque el capital invertido en la esfera multilateral ha demostrado ser siempre permanente. Pero el trato de las inversiones de Fannie y Freddie no -las dos compañías están experimentando grandes pérdidas y no pueden sobrevivir por sí mismas-.
En cualquier caso, todas estas inversiones requieren liquidez. æpermil;sta a su vez tiene que ser obtenida de los mercados de deuda pública, que ya están dando señales de indigestión. Con los déficits de los próximos dos años ascendiendo a un total de tres billones de dólares, el ardor de estómago del mercado sólo puede ir a peor.
El Reino Unido descubrió en los años setenta que la verdadera medida a tomar frente a un déficit presupuestario era el efectivo que necesitaba tomar prestado, conocido como el requerimiento de préstamo del sector público. Muchos Gobiernos de mercados en desarrollo también han considerado más efectiva este tipo de medida para evaluar sus desafíos que una métrica contable que podría ser fácilmente amañada.
Los requerimientos para el préstamo en Estados Unidos reciben actualmente menos juego que sus déficits fiscales. Pero con sus necesidades de financiación estando casi con certeza vinculadas a los mercados de bonos del Tesoro, este énfasis necesita cambiar.
Martin Hutchinson