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Columna
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El dilema de Barclays

Barclays está andando por la cuerda floja. El banco británico está intentando aún seguir adelante por sí mismo, aunque sus rivales domésticos se encuentren cada vez más arropados por el Estado. Puede que la independencia le conceda finalmente a Barclays una gran ventaja, pero el plan de seguros del Gobierno podría ser demasiado bueno como para dejarlo pasar.

Si es correcta la asunción de Barclays de que la depreciación de los préstamos de alta gama será del 1,5% durante los próximos dos años, mientras que su crédito estructurado y otras categorías de préstamos más inestables sufren un golpe del 35%, entonces su ratio de capital Tier 1 caería por debajo del 5% para finales del 2010. Entraría aún en los márgenes aceptables por el regulador, pero espantaría a los accionistas.

Una recesión más suave rebajaría el valor de los seguros de Barclays. Pero puede que la recesión vaya a peor. Si la depreciación de los préstamos alcanzase el 2% los dos próximos años, el ratio de capital Tier 1 de Barclays caería por debajo del suelo del FSA (4%).

El Plan de Protección de Activos del Gobierno podría ser un buen trato. Supongamos que Barclays paga una tasa del 8% sobre 75.000 millones de libras en activos -una tasa más alta sobre menos activos, aunque de peor calidad, que los que fueron presentados por Lloyds Banking Group y por Royal Bank of Scotland-. Según las estimaciones más moderadas, su ratio de capital permanecería por encima del 7% dentro de dos años.

La protección de los seguros ha dado a Lloyds y RBS unos ratios de capital mucho más fuertes que el de Barclays. æpermil;ste reivindica un portfolio de préstamos de mayor calidad y cree que puede continuar funcionando de manera rentable. Aún así, el plan del Gobierno debe parecer tentador.

Puede que los gestores del banco no lo vean así. Permanecen frontalmente opuestos a cederles una parte de la firma a los contribuyentes. El año pasado ampliaron capitales, pero optaron por pagar a los inversores de Oriente Próximo un mayor interés del que les estaba cargando el Estado. Ahora no querrán vender acciones 'B' al Gobierno, como sí lo han hecho Lloyds y RBS, para financiar su protección de activos. æpermil;stas tienen condiciones, incluyendo un jugoso dividendo y requisitos de préstamo adicionales, que no casan con la filosofía de Barclays.

El seguro le costaría a Barclays un mínimo de 6.000 millones de libras, dependiendo de una variedad de factores. En vez de venderle acciones al Gobierno, podría incluso pagar en líquido -que tendría que sacar de algún lado-. Se una o no Barclays al plan del Gobierno, parece que el precio de la independencia sigue subiendo.

Por Jeffrey Goldfarb

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