La industria no espera por la banca
Las grandes empresas europeas han emitido bonos corporativos este año por valor de 94.000 millones de euros, prácticamente el 60% de toda la deuda empresarial emitida, por ejemplo, durante el año 2008. Y lo han hecho porque consideran que es el mejor mecanismo de financiación, ante las dificultades de contratar nuevo endeudamiento a precio razonable con los bancos, o ante la cuestionable acogida que tendría acudir a los mercados de renta variable, como se ha hecho tradicionalmente en el pasado para hacer frente a ampliaciones del balance.
Las sociedades industriales y de servicios con aceptable calificación crediticia y un negocio que genere un flujo de caja reconocible están logrando dinero en el mercado de bonos con primas de riesgo soportables, porque no pueden frenar su expansión y no pueden esperar a que la banca sanee sus balances o recomponga su solvencia si estuviere dañada. Los bancos han endurecido y seleccionado tanto sus préstamos, que se han convertido en un mal aliado para las empresas no financieras, y únicamente participan como meros intermediarios o aseguradores de las colocaciones de bonos corporativos. En España, empresas de primer nivel como Telefónica o Iberdrola han logrado refinanciaciones con bonos, que, además, son una buena oportunidad de inversión para particulares y fondos.