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Columna
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Paro y pobreza

A finales del pasado año el paro había sobrepasado los tres millones de personas, con un aumento de más de un millón sobre el año 2007. Hoy día tenemos una tasa de paro superior al 14%, el doble que la media de la Unión Europea. El paro es la cara más dolorosa de la recesión que estamos teniendo, que se verá agravado por la contracción que el PIB tendrá este año, cercana al 3%, pasando de la recesión a la depresión.

La crisis financiera global, que afecta principalmente a la pequeña y mediana empresa y a los trabajadores autónomos, que constituye el 80% de nuestro tejido empresarial, acelerará el crecimiento del paro de este sector de manera singular, pudiendo llegar a sobrepasar los 4,5 millones de parados si el Gobierno no adopta urgentemente las medidas adecuadas para que el crédito llegue a los mismos. Si el mercado no es eficiente, la intervención pública está justificada.

Según información aparecida en la prensa, más de 800.000 hogares tienen en paro a todos sus miembros en condiciones de trabajar, y además una parte importante tienen hipotecada su vivienda, con la consiguiente repercusión sobre la prestación de desempleo que perciben. La angustia de estas familias es grande; no pagar la hipoteca supone encontrarse sin techo, pero si pagan, sus ingresos no les alcanzan para comer. Nadie se ha ocupado de esta tragedia, sólo la Iglesia católica, a través de Cáritas, con las peticiones a los ciudadanos de Federico Jiménez y César Vidal en la cadena COPE para que efectúen donativos para poder comprar alimentos para los nuevos pobres de España. El voluntariado de Cáritas hace posible que sin coste alguno de personal los comedores puedan funcionar.

Según un informe de la Comisión Europea del año 2007, el 20% de la población española corre el riesgo de convertirse en pobre; dicho porcentaje subiría hasta el 37% en los casos de personas desempleadas en situación de pobreza, 17 puntos porcentuales por encima de la media europea. A consecuencia de la crisis y el aumento del paro, dichos porcentajes serían mucho más altos en los momentos actuales. Para la Comisión Europea es necesario romper el ciclo de transmisión de la pobreza de generación a generación. Pienso que la mejora en la calidad de la enseñanza sería el instrumento adecuado.

Al enorme crecimiento del paro se une la ineficiencia del Servicio Público de Empleo para recolocar a las enormes colas de desempleados que todos los días se forman ante el mismo, esperando recibir alguna oferta de empleo. ¿Es posible privatizar dicho servicio para conseguir mayor eficiencia?

La sentencia de 23 de abril de 1991 del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea calificó de empresa, en el sentido del artículo 86 del Tratado de Roma, al Instituto Federal de Empleo de Alemania, que ejerce la actividad de poner en contacto a los demandantes de empleos con los empleadores, actividad desempeñada con carácter de derecho exclusivo conferido por la Ley de Fomento del Empleo. Es decir, la sentencia introdujo la competencia dentro de la Administración pública alemana. ¿Por qué no se hace lo mismo en España, ya que la sentencia es aplicable en todos los países de la Unión Europea?

¿Por qué sigue creciendo el paro? El hundimiento del sector de la construcción, que representaba en torno al 15% del PIB, ha tenido una gran repercusión en otros sectores (cemento, madera, ladrillos, cerámica, electrodomésticos, etcétera), a consecuencia de los grandes consumos intermedios que requiere su producción, que ocasiona un efecto arrastre en el conjunto de la economía. La sustitución de la aportación del sector de la construcción al producto interior bruto sólo puede llevarse a cabo con la exportación de bienes y servicios de otros sectores, lo que requiere que su producción sea competitiva con las de otros países, que no es posible a causa de nuestra baja productividad.

Además, nuestro nivel salarial no permite exportar bienes y servicios de poco valor añadido en competencia con los países emergentes, por lo que tenemos que cambiar nuestra estructura productiva a bienes de mayor valor añadido, lo que requiere reformas estructurales, que impediría, como dice el Fondo Monetario Internacional, caer en un equilibrio de baja competitividad, bajo crecimiento, salarios bajos y desempleo alto.

José Barea. Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid

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