El cine, en pie de guerra por la nueva ley catalana
Cataluña prepara un proyecto de Ley de Cine que obliga el doblaje al catalán de la mitad de la producción cinematográfica que se proyecte en la comunidad. La medida ha puesto a los gremios cinematográficos en contra.
El cine ha vuelto ha convertirse en arma política. La Generalitat de Cataluña planea una nueva legislación cinematográfica que hará obligatorio el doblaje al catalán de la mitad de las películas que se proyecten en la comunidad autónoma.
La norma que se incluirá en su Ley del Cine prevista para finales de 2010, recoge que la mitad de las cintas que se proyecten en los cines catalanes se subtitularán en catalán, en su versión original.
Esta decisión ha despertado las críticas de todo el sector cinematográfico. La Federación de Distribuidores Cinematográficos (Fedecine) ha dejado clara su oposición. La patronal que agrupa a las grandes majors estadounidenses (como Disney, Fox, Universal o Paramount Pictures, entre otras) reconoce que el sector 'no puede aceptar una ley como la que propone el Gobierno catalán', según señala su presidente, Luis Hernández de Carlos.
Las salas rechazan la medida, mientras que los productores no se quejan
'El 99% del sector se opone a este tipo de medidas que perjudicará sobre todo a los pequeños distribuidores, los independientes', asegura. 'Si se admite la obligatoriedad de doblar al catalán la mitad de las películas está claro que otras comunidades van a exigir la misma medida', explicaba.
En 1998, CiU ya planeó una medida similar que también fue bastante debatida entre los diferentes gremios. 'Nos parece bien que se vuelva a intentar. Pero no hay que confundir lo importante, como son los temas lingüísticos, con lo más urgente, que es concentrar todas las energías y esfuerzos en superar esta crisis', dicen en CiU.
El documento que elabora el Ejecutivo autónomo asegura que 'el cine producido en Cataluña tiene grandes obstáculos para disfrutar de una distribución competitiva debido a la posición de dominio de las majors en el sector de la distribución, que dan prioridad a los productos en Hollywood'. Además, anuncia la creación de una red pública de salas de cine, donde se proyectarán películas en versión original -preferiblemente europeas- y en catalán.
Las salas de cines privadas también están en contra de la nueva ley. Ven exclusivamente motivos políticos. 'Estamos en contra de las cuotas y no se puede obligar a un sector privado a encargarse de la difusión del catalán', asegura Pilar Sierra, secretaria general del Gremio de Empresarios de Cine de Cataluña. Las salas confían en llegar a un acuerdo con la Generalitat y, en caso de salir adelante, piden compensaciones ya que este sector ha visto caer un 27% el número de espectadores en los últimos cuatro años.
Los productores son los únicos que no se quejan. Dicen que la medida no les afecta y que si lo hiciera, sería positivo. ' El doblaje afectaría solo a las producciones extranjeras y no a las películas españolas', explica el presidente de la Fapae, Pedro Pérez. Por este motivo, saldrían mejor parados.
'Vicky, Cristina...', rentable en castellano
La última cinta de Woody Allen, Vicky, Cristina, Barcelona, ha sido una de las cintas clave de 2008 gracias al óscar concedido a Penélope Cruz. Pero también ha sido una cinta polémica en la taquilla catalana. En esta comunidad autónoma se exhibieron 74 copias de la película producida por Jaume Roures. De ellas 47 fueron dobladas al catalán, 22 se proyectaron en versión original y cinco se doblaron al español. 'Las cintas que se proyectaron en castellano fueron cinco veces más rentables que las que se estrenaron en catalán', argumenta la secretaria general del Gremio de Empresarios de Cine de Cataluña. 'Si hubieran hecho más copias en español, les hubiese salido más rentable', apunta Pilar Sierra. Según la patronal catalana de las salas de proyección 'cuando se proyecta una película a la vez en castellano y en catalán, la primera versión tiene una audiencia media de 78,2%, y la segunda, del 21,8%'.