Carnaval brasileño de Citi
Los brasileños tienen algo extra que celebrar este año además del carnaval, la relativa salud de su sistema financiero. Mientras los inversores han huido de los mercados emergentes como de la peste, los bancos brasileños se han mantenido bien comparados con sus rivales en EE UU y Europa.
El jefe es Banco Itaú. Fuerte tras su reciente fusión con Unibanco, ha emergido como la mayor institución financiera de Iberoamérica. La capitalización de mercado de su matriz, unos 28.000 millones de dólares, es casi igual al valor de Citigroup y Bank of America juntos.
Su fusión con Unibanco le ha dado una formidable fuerza, compitiendo no sólo con las entidades regionales sino también con los bancos españoles. Esos conquistadores financieros, encabezados por Santander, han luchado duro para hacer progresos en Brasil.
Visiblemente ausente de la huella de Itaú está México. Citigroup pagó 12.500 millones de dólares por Grupo Financiero Banamex en 2001. Aunque Citi dice que Banamex es una parte clave de sus planes estratégicos globales, se enfrenta a las leyes mexicanas que restringen las compañías con considerable participación pública (EE UU tendrá un 36% de Citi).
Con los bancos de EE UU en el caos y los españoles bloqueados por razones de competencia o reenfocados en su deteriorado mercado interno, Itaú podría tener el campo libre.
Al librarse de Banamex, Citi debe reducir deuda de su balance. Dadas las malas noticias en el camino de Citi, este acuerdo debería merecer una celebración.
Por Rob Cox