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Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Somos del Gobierno

Buenas, somos del Gobierno y venimos a ayudarle'. Esta es la frase con la que tienen pesadillas los estadounidenses.

A pesar de los difíciles tiempos que corren, aquella frase de Ronald Reagan de que 'el Gobierno no es la solución sino el problema', sigue vigente en el Partido Republicano. Es una regla general que tiene sonadas excepciones.

A los republicanos de Washington no les gusta el estímulo fiscal de Barack Obama porque supone demasiado gasto social cuando las grandes cuentas del país están en números rojos y demasiada extensión del poder del Gobierno. Consecuentemente, el viernes, ningún republicano votó a favor del estímulo en la cámara de Representantes y sólo tres senadores lo hicieron en el Senado.

Más de una docena de gobernadores republicanos no tienen ese problema filosófico y, como sus colegas demócratas al frente de administraciones estatales, están deseando ver la firma de Barack Obama al pie del texto del estímulo fiscal. El motivo es que casi el 38% de los 789.000 millones de dólares (unos 611.680 millones de euros) de este plan son ayudas directas e indirectas a estados y ciudades que tienen la obligación constitucional de cerrar sus cuentas en equilibrio.

Y ahora están entre la espada y la pared. La caída de los ingresos y la subida de la demanda de prestaciones sociales ha dejado a muchos estados y municipios en la difícil situación de tener que contemplar la subida de impuestos despedir a empleados públicos u obligarles a tomar un día libre sin sueldo, y por otro lado, plantear serias reducciones de gastos en educación y sanidad o endeudarse para pagar las prestaciones del paro.

Charlie Crist, gobernador republicano de Florida, un estado muy castigado por la crisis inmobiliaria, dio la bienvenida a Obama y se mantuvo a su lado durante la presentación que el presidente hizo del plan de estímulo en Fort Myers la pasada semana.

Crist, uno de los más fuertes apoyos de John McCain en las elecciones, no ha dejado de llamar a los senadores que representan a Florida para pedirles que voten a favor del estímulo. El gobernador dijo a la prensa que él era conservador desde el punto de vista fiscal pero 'acabo de visitar una oficina de empleo en Orlando... y se tiene que hacer algo'. Crist lo tiene claro. 'No hice campaña por Obama y no estamos de acuerdo en todo, pero es mi presidente y mi trabajo es evitar los números rojos en Florida'.

Arnold Schwarzenegger, de California y Jim Douglas de Vermont, entre otros comparte el punto de vista pragmático de Cris.

Hay otros que mantienen la pose. Es el caso de Sarah Palin, ex candidata a la vicepresidencia y gobernadora de Alaska, que dice que tiene que estudiar cuáles son los 'pros' y los 'contras' antes de aceptar el dinero federal. Bobby Jindal, una de las figuras con estrella ascendente en el partido afirmaba a Reuters que de haber estado en Washington habría votado en contra pero dado que es gobernador de Luisiana, 'va a considerar con cuidado' la versión final de este estímulo para ver cómo puede ayudar al estado.

Jindal y Palin representan a una corriente minoritaria que de encontrarse al Gobierno federal en su puerta diciendo que viene a ayudar le haría esperar unos minutos en la calle. Hay otros gobernadores como el de Texas, Misisipi y Carolina del Sur que han dado a entender que le cerrarían la puerta. Los tres han dicho que podrían no aceptar la ayuda (se verá).

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