El organismo supervisor de la banca británica entona el 'mea culpa' por la crisis
La Autoridad de Servicios Financieros (FSA, en su siglas en inglés), organismo supervisor de los bancos británicos, fracasó a la hora de detectar y corregir la arriesgada gestión de las entidades financieras del país en los últimos años.
Así lo reconoció hoy Adair Turner, presidente de la FSA, un organismo creado por el primer ministro, Gordon Brown, en 1997 cuando era ministro de Economía en el Gobierno de Tony Blair. La FSA ha recibido fuertes críticas en las últimas semanas por su incapacidad para anticipar el desastre de las principales entidades financieras británicas, a cuyo rescate tuvo que salir el Gobierno laborista en octubre pasado con 44.000 millones de euros.
Turner, que llegó al cargo en septiembre pasado, ofreció una entrevista a la BBC en la que afirmó que el fallo de la FSA es extensivo a todos los organismos reguladores del mundo y reconoció que los primeros indicios de que las entidades financieras estaban jugando con fuego empezaron a conocerse en 2004. El principal fallo, admitió Turner, fue estar demasiado pendientes del desarrollo individual de cada banco y no dar un paso atrás para poder ver que la expansión del crédito estaba alcanzado niveles de "alto riesgo" para el conjunto del sistema económico.
Preguntado si estaría dispuesto a pedir perdón a los ciudadanos por los fallos, Turner contestó: "desde luego, lamento que en todo el mundo no fuéramos capaces de centrarnos en los riesgos del sistema, en un fallo que fue de naturaleza intelectual".
"La FSA ha hecho un buen trabajo en muchos aspectos, pero al igual que otros cuerpos reguladores no supo fijarse en esos problemas más amplios del sistema. Ahora hay cuestiones de mucho calado acerca de cómo lo arreglamos cara al futuro", añadió.