Un problema de fluidez, no de liquidez
Los Gobiernos de algunos países europeos han decidido poner una inyección de liquidez a sus sistemas bancarios para hacer frente a la crisis financiera. Aunque se trata de una operación que puede aliviar las cuentas de algunas entidades, su utilidad para solucionar por sí sola los verdaderos problemas de nuestro sistema financiero es más que discutible, ya que, más que liquidez, lo que necesita nuestro sistema es que fluya la liquidez ya existente; es decir, que el dinero salga de las cajas fuertes de los bancos y llegue a los consumidores, a las empresas y, lo más importante, a otras entidades financieras.
Dado el desequilibrio estructural entre la duración de activos y pasivos característico del modelo de negocio bancario, el mercado interbancario es la base principal sobre la que se asienta la viabilidad del mercado crediticio: sólo si los bancos se prestan dinero entre ellos es posible que mantengan el equilibrio de sus balances y puedan seguir ofreciendo crédito.
El gran problema de la crisis actual es, precisamente, la caída sostenida del mercado interbancario. Una caída más que evidente si analizamos los datos del TED Spread, uno de los principales indicadores que miden la percepción general del riesgo en los mercados. El TED Spread se obtiene de restar las tasas de interés de los préstamos interbancarios a tres meses (líbor) de la deuda de corto plazo del Gobierno de Estados Unidos también a tres meses (T-Bill). Esta diferencia, que normalmente fluctúa alrededor de los 30 puntos básicos, ha llegado a alcanzar el récord histórico de 470 puntos. Esta cifra significa que los bancos o se prestan poco entre ellos y a un alto precio, o, sencillamente, no se prestan.
La banca es un negocio que se basa en la confianza. Los ciudadanos confían en que sus depósitos están garantizados por las entidades financieras y por las autoridades. Por su parte, los bancos y cajas confían (o confiaban hasta hace poco) entre ellos. Los problemas empiezan a surgir cuando los bancos dejan de prestarse dinero mutuamente porque desconfían de la solvencia de otras entidades bancarias. Esa misma desconfianza es la que genera una subida en el coste del interbancario y, con ello, un ensanchamiento en el TED Spread. El impacto adicional es que los bancos empiezan también a tener muchas reticencias a la hora de prestar dinero a empresas y particulares.
Los expertos saben que la recuperación de la crisis que estamos viviendo pasa inevitablemente por la normalización del TED Spreed, es decir, por la vuelta de un mercado interbancario sólido y a precios adecuados. Un mercado en el que se recupere el nivel de confianza. Para lograrlo, las autoridades han actuado hasta ahora de tres maneras diferentes:
1) La fórmula española, fundamentalmente la del BCE, que se ha limitado a aportar liquidez comprando carteras de activos financieros sanos. Aporta liquidez a la banca, pero no garantiza la fluidez del capital.
2) La fórmula que se aplicó inicialmente en Estados Unidos, que consistió en adquirir los activos malos. En situaciones cercanas a la insolvencia esta estrategia tampoco daría buenos resultados y se ha abandonado rápidamente.
3) Finalmente, es destacable la decisión adoptada por Reino Unido de nacionalizar parcialmente la banca. Esta opción es una de las fórmulas más claras para activar el mercado interbancario y garantizar que las entidades financieras se presten dinero entre ellas, al compartir la mayoría de ellas un mismo accionista de referencia.
Más recientemente, la gama de soluciones incluye la creación de una cámara de compensación del interbancario con garantías aportadas por los Gobiernos y otras medidas de más o menos valor teórico.
Probablemente, habrá partidarios y detractores de cada una de estas opciones, pero la realidad es que es necesaria una solución a los problemas de confianza del mercado interbancario.
Por ello, más allá de las divergencias que pudieran existir, entre todos deberíamos desplegar una pancarta virtual que dijera: '¡Qué vuelva el interbancario y empiece a fluir el dinero!' (antes de que sea demasiado tarde).
Antonio Carballo. Director general de Genworh Financial Mortgage Insurance