'A España le falta cultura de innovación y amor al riesgo'
Las pymes no han incorporado de forma intensiva la tecnología, según esta ejecutiva, quien cree que habrá una caída en inversión.
Ingeniera de telecomunicaciones y MBA por el Instituto de Empresa, esta directora general es la cabeza pensante en la estrategia de la innovación y del aprovechamiento de los recursos humanos en Indra. La compañía ha ganado el Premio CincoDías a la Innovación Empresarial, en el apartado de proyecto más innovador en el campo de las nuevas tecnologías, con su simulador para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad y emergencia. Indra es la segunda empresa española -tras Telefónica- en inversión en nuevas tecnologías, según un ranking de la Comisión Europea. En los últimos tres años ha gastado 500 millones de euros en I+D y dispone de acuerdos con 80 universidades y centros de investigación.
¿En qué posición se encuentra el sector privado en nuevas tecnologías?
Estamos por debajo de los países de nuestro entorno. Pienso que especialmente la empresa pequeña y mediana todavía no ha incorporado la tecnología con suficiente intensidad.
¿Qué le falta a España en I+D?
A España le falta cultura de innovación y amor al riesgo. Nuestra universidad tiene un nivel bastante razonable en comparación con los países de su entorno, tenemos un sistema científico y de investigación suficiente, pero trasladar todo ese conocimiento científico a la realidad empresarial cuesta mucho. Porque la innovación es un proceso continuo que requiere apostar con visión de largo plazo y tener una estrategia clara. Sin embargo, la aversión al riesgo es un rasgo de nuestra cultura que no ha sido suficientemente superado.
¿Por parte de las empresas?
Es la sociedad en general, no podemos culpar a nadie, pero si se mira a otros países como EE UU, Francia o a los países nórdicos, el número de empresas que se generan en la universidad es mayor que el que se genera aquí. Las empresas de capital riesgo que se dedican a innovación son sustancialmente mayores. El volumen de inversión de las empresas españolas en I+D también es inferior al de sus homólogos. Somos gente creativa, pero a la hora de introducir esa innovación en procesos de largo plazo y con visión estratégica, probablemente no lo somos tanto.
¿Falta ligazón entre empresa y universidad?
Todavía la universidad tiene que profundizar en el desarrollo de conocimiento aplicable y útil a la empresa.
¿Qué se debe cambiar del modelo productivo español?
Tiene que ser el propio empresario el que esté convencido de que la innovación le va a permitir ser más eficiente para hacer las cosas de una forma diferente y, por lo tanto, poder competir con sus homólogos en mejores condiciones. En este momento estamos viviendo una crisis financiera donde se va a competir mucho por los recursos. Tenemos que poner a disposición de las empresas fondos para que la I+D continúe siendo una prioridad de nuestro tejido productivo. Si mantenemos una financiación en condiciones razonables para los proyectos innovadores, mantenemos las medidas de fomento de la I+D que en este momento están a disposición de las empresas y de las universidades, ya tendremos mucho camino andando. Porque una tentación en este momento puede ser precisamente invertir menos en I+D, pero si es así, cuando la crisis pase, tendremos una economía debilitada. Todas las crisis significan oportunidades y, por tanto, es ahora el momento en el que tenemos que ser imaginativos e innovadores e invertir en áreas donde nuestra economía sea más competitiva internacionalmente y nuestras empresas no sólo puedan competir en el mercado local con facilidad, sino que puedan exportar bienes y servicios al resto de los países.
¿Cómo está afectando la crisis a la inversión en tecnología?
Hay una conciencia bastante profunda de que la tecnología va a ser clave para transformar la economía española. En este momento terminamos un ciclo de crecimiento importante, pero donde un sector económico ha sido intensivo en mano de obra de bajo valor añadido y de una capacidad medio-baja de incorporar tecnología. Administraciones y empresas estamos de acuerdo en que tenemos que aprovechar el momento para incorporar tecnología en sectores donde podamos mejorar la productividad y ser más eficientes. Tanto la Administración pública como las empresas tenemos la obligación de incorporar soluciones. Pero habrá compañías que, por su situación, no podrán destinar más fondos a la innovación.
¿Se está reduciendo la inversión en tecnología?
El sector de la tecnología de la información es un sector típico, que está correlacionado con la economía. Pero tiene que estar el ciclo muy bajo para que las empresas dejen de invertir. No ha habido un parón. Pero probablemente lo habrá.
¿La I+D saldrá reforzada?
Creo que es una necesidad. Es una obligación porque no hay más remedio.
¿Cómo van a ser las empresas de aquí a cinco años?
Como todas las crisis y todas las situaciones de cambio, siempre habrá ganadores y compañías que se queden por el camino. Las empresas vamos a tener que ser más grandes, con una proyección internacional mayor. Esto significa disponer de unos modelos de gestión más complejos, con más capacidad de tener información de clientes y proveedores. También acostumbrarnos a trabajar mucho más en red y a buscar a los mejores allí donde estén. Nos vamos a ver obligados a luchar por los recursos, que ahora están siendo más escasos.
¿Y con qué nos va a sorprender Indra?
Estamos apostando por los temas de seguridad, porque la sociedad lo demanda. También en la salud: imagen médica digital, historial totalmente digitalizado o receta médica. También, y cada vez más, en temas de eficiencia energética, así como en internet y en todas las aplicaciones que están surgiendo, que se deben trasladar al mundo empresarial y van a cambiar la forma en la que las empresas se relacionan entre sí. Blogs, wikis y demás los estamos llevando a la gestión del conocimiento empresarial, todo lo que es segmentar la información que tienes de los clientes. En el sector financiero estamos desarrollando tecnologías innovadoras en los procesos del sector, pero que el ciudadano no va a percibirlas tan directamente.