'Europa volverá a crecer en la segunda mitad de 2009'
La economista jefe de Barclays Capital en París y anterior directora del área de investigación de la OCDE para la zona euro cree que España tiene un mercado laboral bastante flexible, pero que su economía no tiene capacidad de endeudamiento.
Laurence Boone acude a Madrid al seminario de Barclays Capital Global Outlook, donde se reúnen analistas y clientes de esta entidad financiera. Boone es economista jefe del equipo del banco con base en París y una experta en previsiones económicas.
¿Hasta qué punto la falta de liquidez está ahogando las previsiones de crecimiento?
En cada país dependerá de la cantidad de consumo que se esté financiando a través de crédito. En EE UU el consumo depende mucho del crédito y en Europa, menos. Sin embargo, en EE UU la inversión productiva no depende tanto del crédito, a diferencia de lo que ocurre en Europa. La mayoría de las empresas europeas tiene una capacidad financiera negativa, así que necesitan de los bancos para invertir. Calculamos que para la zona euro en 2009 habrá una contracción de 0,4%. Lo peor de la crisis será el cuarto trimestre de 2008 y el primero de 2009. La situación mejorará en la segunda mitad de 2009, cuando Europa volverá a registrar un leve crecimiento.
Es optimista.
Optimista no. Pero mucha gente tiende a olvidar que llevamos un año con bajo crecimiento y restricciones de crédito. En total habrán sido dos años de crisis, que suele ser la media para este tipo de situaciones. Lo que la gente también tiende a olvidar es que ahora mismo vamos a un recorte muy amplio en el precio del petróleo y de la energía, que va a dar más margen para el consumo, y a las empresas más capacidad para recortar costes.
¿Todos los grandes de la zona euro entrarán en recesión?
Creemos que hasta el primer trimestre de 2009, sí. Sin embargo, hay algo más grave que eso. Se trata de que el crecimiento va a ser muy pequeño durante mucho tiempo y eso va a tener una repercusión negativa en el empleo y en la inversión.
¿Qué recetas recomienda a España?
Quizás la diferencia entre España y la zona euro se da sobre todo en el sector de la construcción. En esa área, a España se le ve mucho más dispuesta a cambiar el modelo de desarrollo y a luchar con políticas presupuestarias para reducir el problema de la construcción y del desempleo, algo que no están solucionando hasta ahora en otros países europeos.
¿Son recomendables las ayudas a sectores como el del automóvil?
Tenemos un problema de demanda de consumidores y de empresas, por lo que las ayudas para el sector no van a servir de mucho. No es necesariamente la mejor cosa que hacer. Es seguramente más sabio apoyar a las familias y al consumo.
¿Las rebajas fiscales son actualmente un buen instrumento para dinamizar el consumo?
Todo lo que sea incentivar el consumo es una buena idea, pero quizá también lo sea incentivar la construcción en infraestructuras. Es importante además ayudar a los consumidores de bajos ingresos, porque son los que tienen mayores problemas.
¿Qué margen de maniobra tiene España para endeudarse?
No existe un déficit ideal. España tiene un amplio déficit en cuenta corriente. Alemania, por ejemplo, tiene más capacidad para tomar este tipo de medidas e incurrir en más gasto, porque tiene un déficit bajo y un superávit en la balanza comercial.
¿Es un buen momento para recomendar a los países de la UE que superen la barrera del 3% de déficit?
Nadie debería recomendarlo. Son más importantes los estímulos fiscales enfocados a la demanda.
¿Y las bonificaciones a la contratación?
Son buenas, sobre todo para trabajos cualificados. En Francia, lo que más ha ayudado a reducir el paro ha sido el abaratamiento de los costes laborales. España ya tiene un mercado laboral muy flexible, como se ha podido ver con la rapidez con la que se está despidiendo a los trabajadores. En este punto es importante la protección a los parados.
'La confianza se recuperará con Obama'
De los compromisos de la pasada cumbre del G-20, Laurence Boone explica que 'algunos ven el vaso medio lleno y otros medio vacío'. Si bien reconoce que hubo muchas cosas útiles como el pacto para una acción política práctica. También destaca la importancia de armonizar los sistemas contables y de la valoración de activos bancarios.Pero, sobre todo, incide en la importancia del compromiso de los países para aplicar estímulos fiscales en todo el mundo. No obstante, tiene sus reservas sobre la efectividad de las actuales medidas en EE UU, el país que debe liderar el proceso: 'es muy difícil estabilizar la confianza mientras no haya un presidente y un plan definitivo'. Por ello, hasta que el presidente electo Barack Obama no tome posesión en enero y ponga en marcha su ambicioso plan económico, es complicado que vuelva la confianza entre les agentes económicos, opina.