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Cultivos

El tomate español depende del acuerdo de la UE con Rabat

La UE y Marruecos negocian un nuevo acuerdo comercial sobre tomate, que puede suponer un fuerte recorte de la cuota exportadora española y poner en peligro el empleo de las 50.000 familias que dependen de ese cultivo, según la organización agraria COAG.

España es el primer productor mundial de tomate fresco. De sus plantaciones salen más de 3,8 millones de toneladas al año, de las que más de 900.000 (casi el 50% de las exportaciones mundiales) se destinan a abastecer las despensas de Alemania, Francia o Reino Unido. Esa situación de privilegio, sin embargo, puede cambiar a partir de 2009 cuando está previsto que culminen las negociaciones que han retomado la UE y Marruecos para sellar un nuevo acuerdo de asociación comercial.

Así lo ha alertado la organización agraria COAG, cuyos portavoces ya han mantenido reuniones con el secretario general de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, quién les ha transmitido su pesimismo por la posibilidad de que se liberalicen las exportaciones hortofrutícolas desde Marruecos. Los primeros cálculos prevén un fuerte recorte de la cuota de mercado.

Y eso puede tener un efecto devastador sobre la mano de obra y la industria ligada a cultivos como el tomate. José María Pozancos, director general de la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), advierte de las dificultades por las que pueden pasar 50.000 familias que se dedican al cultivo de tomate en Andalucía, Canarias o Murcia.

La mayoría de los países del Magreb, entre los que se incluye Marruecos, obtienen precios muchos más bajos para introducir sus exportaciones en la Unión Europea. A cambio tienen establecido un contingente que limita las exportaciones, que en el caso del tomate llega a 185.000 toneladas, repartidas a lo largo de los ocho meses (octubre a mayo) en los que se produce y se vende el producto.

El sistema permite que se supere ese contingente hasta los 233.000 toneladas, que entra en la UE a un precio medio preferente de 46 euros por cada 100 kilos cuando el precio para las importaciones de otros países nunca baja del doble de esa cifra e incluso en algunas ocasiones lo triplica.

Ahí es dónde se encuentra el primer factor de distorsión. El coste es casi la mitad y los productores marroquíes se lo pueden permitir por el menor coste de la mano de obra y los menores márgenes con los que operan. Por lo tanto, los exportadores españoles sufren una fuerte competencia por la vía de los precios, que se ve acrecentada cada vez que los exportadores marroquíes superan el contingente e inundan el mercado.

Álvaro Areta, técnico de COAG, apunta que ese fenómeno se suele producir tradicionalmente en noviembre, en el que se registran entradas masivas de tomate de Marruecos a bajo precio, con el consiguiente hundimiento de las cotizaciones en los mercados internacionales. Así ocurrió, según Fepex, en noviembre de 2006, en el que Marruecos exportó 2.800 toneladas de tomate a París (el consumo nacional en una semana), lo que provocó un hundimiento de precios por debajo de costes de producción, que duró veinte días.

Mercado sobreabastecido

'Nos enfrentamos a un mercado sobreabastecido y si se autoriza la entrada indiscriminada, los precios pueden llegar a caer tanto que no se obtenga lo mínimo para que sea rentable', señala Pozancos, quién solicita que se mantenga el precio de entrada, sin posibilidad de que sea reducido, y que el contingente se mantenga de octubre a mayo. El objetivo Marruecos es aumentar el contingente y ampliar de uno a tres meses el plazo de su revisión. Algo a lo que no están dispuestos un gran bloque de países comunitarios (Francia, Bélgica, Holanda, Reino Unido o España), al considerar que podría hundir aún más los precios.

Fraude en el sistema de cálculo de las ventas

Las numerosas denuncias que la Federación Españolas de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) ha presentado en Bruselas para denunciar el fraude que los productores marroquíes cometían en las ventas de tomate a la Unión Europea han tenido su efecto.En una comunicación de octubre de 2007, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), en respuesta a las denuncias presentadas, anunció que el método de cálculo adoptado por los vendedores marroquíes no tenía otro objetivo 'que el de evitar el pago de derechos adicionales normalmente exigibles'. Este tipo de situación se produce cuando se excede el contingente fijado, por el que los operadores marroquíes están obligados a pagar un arancel que varía según los periodos del año. Los operadores estaban incumpliendo sistemáticamente este acuerdo, según las denuncias de Fepex, y eso estaba provocando incumplimientos en el pago de sanciones.En la comunicación, la Comisión Europea refuerza las constataciones iniciales de fraude y justifica que se lleve un procedimiento de recuperación de los pagos no efectuados, aún en vigor.

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