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Columna
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Santander, castigado en Bolsa

Es sumamente fácil construir una posición bajista para Santander. El mayor banco de la eurozona está altamente expuesto en dos de las más recalentadas economías de Europa: Reino Unido y España. Y Latinoamérica encabeza una vez más las listas de preocupación de los inversores. Un 6,3% de ratio de capital Tier 1 parece poco. No sorprende que las acciones hayan caído como una piedra en las últimas dos semanas.

Deconstruir la posición bajista es para valientes. Podría ir todo mal, pero la posición de Santander no es del todo mala. La economía española se está parando bruscamente y sólo puede ir a peor, pero los 6.000 millones de euros en provisiones hechas en los buenos tiempos ofrecen alguna protección. También, Santander ha hecho provisiones en una menor proporción de préstamos que sus competidores españoles. En Reino Unido, su cartera de hipotecas es de relativamente alta calidad.

El banco está persuadido de que puede pasar los duros tiempos sin elevar más capital. Alfredo Sáenz, el consejero delegado, dijo que él no acudirá a los accionistas para obtener capital. Podría mantener su compromiso gracias a las mínimas operaciones de mercados de capital y a la reducida cartera de préstamos en España y Reino Unido.

A pesar del incremento del dividendo, el ratio de capital Tier 1 debería superar el 6,5% el próximo año. Las planeadas ventas en Venezuela y la reciente venta y arrendamiento de la sede de Boadilla podría llevar el ratio al 7%.

Latinoamérica es más difícil. Santander es grande en México, Chile y Brasil, donde recientemente compró el Banco Real como parte de la adquisición de ABN Amro. Estos activos están perdiendo valor con las monedas locales, pero Santander al menos tiene coberturas para el próximo año. En el más largo plazo, estos mercados son todavía prometedores. A diferencia de la saturada Europa, la banca está infradesarrollada en Latinoamérica.

Después de reducirse a la mitad este año, las acciones de Santander se están negociando en el mismo múltiplo que los ingresos medios esperados de la banca en Europa en 2008. Para una compañía que acaba de anunciar un 5,5% de incremento en sus beneficios en los primeros nueve meses del año y ha incrementado su dividendo un 10% -pagado en efectivo, recuérdese- la caída es demasiado rigurosa.

Por Fiona Maharg-Bravo

Las acciones de Volkswagen

Volkswagen se ha convertido en un valor de risa. Multiplicar por diez su precio en poco más de un día es ridículo. Estas distorsiones tienen poco que ver con los fundamentos de la casa y mucho con las pretensiones de Porsche que dijo el lunes que tenía el 43% de las acciones de VW, y opciones para otro 32%. Lo que sembró el pánico entre los hedge funds que habían vendido las acciones a corto. A medida que desesperadamente trataron de comprar acciones para cubrir su posición, el precio se disparó hasta 1.000 euros, 20 veces el precio objetivo del mercado.La estrechez saca a muchos los colores. Empecemos con los vendedores a corto que pueden considerar que Porsche parará su campaña de compra cuando llegue al 51%, dejando las acciones desinfladas por un tiempo. Sin embargo, el limitado capital flotante de Volkswagen lo convierten en una apuesta arriesgada.Los supervisores del mercado alemán parecen ineptos. Porsche no tiene que revelar sus actividades en el mercado de opciones, aunque en la práctica le posibilite hacerse con las acciones. Eso deja a otros inversores en la oscuridad.Hay menos de cierto en esta historia de lo que parece. Porsche no ha dicho qué opciones tiene en su poder y si éstas realmente le permitirán hacerse con las acciones. Hace tan sólo seis meses afirmó que acumular un 75% de las acciones de VW en el mercado podía ser todo menos imposible.Pero Porsche no se precipitará en dar más información sobre esta situación. Se piensa que Porsche ha vendido un gran número de opciones put de VW en el mercado. Cuando las acciones de Volkswagen fueron deslizándose después del verano, las pérdidas del papel habrían sido grandes, con la posibilidad de margen de cobertura. Un mayor precio de las acciones de Volkswagen neutralizaría temporalmente ambos problemas.Sin embargo, todavía hay alguien más con capacidad de hacer las cosas con sentido: Christian Wulff, el primer ministro de Baja Sajonia. Su Estado tiene el poder de bloquear un 20% de las acciones de Volkswagen, que ha utilizado para luchar contra Porsche. Ese paquete vale ahora 59.000 millones de euros, casi un tercio del PIB del Estado. Con los hedge funds en el anzuelo, Wulff podría proponer a su vez un vendedor y, probablemente, el precio.Por John Foley

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