Las heridas abiertas por la crisis de Lehman en España
Las asociaciones de afectados preparan demandas contra los bancos que vendieron bonos emitidos por la firma americana.
Nuevo frente en el caso Lehman Brothers en España. Las plataformas que agrupan a inversores con bonos u otros instrumentos financieros emitidos por Lehman Brothers no dejan de moverse y están perfilando ya las acciones legales que presentarán contra la banca que ha comercializado dichos productos. El bufete de abogados Mas y Calvet, que representa a algunos de los ahorradores, tiene el caso en fase de estudio y afirma que 'caben acciones legales' y asegura que ha encontrado algún caso de 'asesoramiento deficiente, suscripción del producto poco antes de la quiebra e incluso de falsificación de la firma del cliente'.
La cifra de afectados y el importe del dinero comprometido es muy difícil de conocer. La CNMV ha informado de que Lehman emitió notas estructuradas por valor de 500 millones de euros a lo largo de los últimos años. Pero a estos productos habría que sumar todos los que se han emitido en el extranjero con pasaporte europeo y todos aquellos acuerdos privados que escapan al control del supervisor. Bankinter es la única gran entidad que ha dado números oficiales: 980 clientes y 80 millones de euros. A partir de ahí, todo son especulaciones. La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorro y Seguros (Adicae) cifra el montante en una amplia horquilla que va de 1.600 a 3.000 millones de euros; habla de al menos 5.000 afectados y una lista de 25 entidades que han vendido productos emitidos por Lehman Brothers.
¿Qué es lo reclaman los clientes? Los ahorradores, en su mayoría de grandes patrimonios, han perdido el dinero que tenían en una inversión que su banco les había dicho que era segura. 'Se han vendido productos estructurados que eran complejos y que no respondían al perfil de riesgo de los inversores, ya que se requería una cultura financiera elevada', afirma Fernando Herrero, vicepresidente de Adicae y encargado en esa plataforma de coordinar las actuaciones de los afectados.
Uno de los casos que ha suscitado más polémica es el de Banif, la entidad de banca privada controlada por Santander, y unos folletos de inversión en los que no se mencionaba que el emisor de los bonos era Lehman. Banif puntualiza que los documentos de la discordia no tienen el rango legal de folletos de inversión, sino que son 'notas informativas'. El umbral mínimo de inversión era de 50.000 euros, por lo que la CNMV no obliga a registrar un folleto. 'Se presenta una idea de inversión y una vez que se consigue una masa crítica se busca el emisor que ofrece mejores condiciones; a continuación se le envía el contrato al cliente, donde se detalla quién es el emisor. El cliente siempre puede negarse a suscribir el producto si no le convence', explica Banif.
Este es el modus operandi de la entidad para todas sus estrategias. Sólo en 2007, Banif creó 350 productos estructurados, 300 de ellos diseñados específicamente cada uno para un único cliente. La última emisión de Lehman se comercializó en marzo pasado.
El problema del 'rating'
La clave es que el nombre de Lehman difícilmente podría haber modificado apuestas de inversión. El banco era hasta su quiebra uno de los gigantes financieros mundiales. El grado de solvencia otorgado por las agencias Moody's, Fitch y Standard & Poor's era hasta el mismo día de autos de 'alta calidad, bajo riesgo de crédito y capacidad sólida para afrontar sus compromisos', según la definición que Fitch Ratings hace del grado A, que es el tenía Lehman Brothers.
'Nuestro error ha sido equivocarnos al recomendar un producto que creíamos de buena fe que era sólido', señala una fuente de una entidad. Jacobo Zarco, de banca privada de Atlas Capital, introduce un matiz: 'Cuando se comercializaron estos productos, nadie pensaba que Lehman pudiese quebrar, es cierto. Pero tampoco parece que se haya puesto un énfasis especial en explicar el riesgo del emisor'. Lehman era muy competitivo ofreciendo bonos con gran rentabilidad. 'Pero el que ofrece un rendimiento muy superior a entidades que tienen su misma calificación crediticia siempre es por algo', advierte Zarco.
'Se ha especificado claramente quién es el emisor y que el capital no está garantizado y se ha perfilado a los clientes en función de su mayor o menor riesgo', aseguran desde Bankinter. Esta entidad dejó de vender bonos de Lehman en abril. En cuanto a Citi, las notas estructuradas tenían rangos mínimos de inversión que varían de 3.000 a 50.000 euros por cliente y se trataba de productos emitidos hace bastante tiempo.
Un dato básico es que incluso en los que son productos garantizados, quien garantiza el capital no es el comercializador, sino el emisor: Lehman. Una vez que la entidad se declara en bancarrota, la garantía deja de ser real. Tampoco se puede deshacer la inversión: dado que el emisor ha quebrado, no hay liquidez ni contrapartida para los bonos, sería necesario que mediase alguna oferta por ellos y fuentes del mercado constatan que de momento no hay ninguna. Lo que viene ahora es un larguísimo proceso judicial para tratar de recuperar algo de dinero. La cola de acreedores es numerosa y los inversores en notas estructuradas no figuran precisamente en los puestos de cabeza.
Caso abierto. Claves de la crisis
Cae Bear Stearns. En marzo de 2008, JPMorgan adquiere Bear Stearns por un precio de 1.100 millones de dólares. La debacle desata rumores sobre otras entidades. Lehman Brothers sufre una caída en Bolsa del 37,7% durante las dos primeras semanas del mes.Ampliación de capital. En junio pasado, Lehman Brothers anunció una ampliación de capital de 6.000 millones de dólares (4.580 millones de euros). Esa inyección de dinero se dio mientras el banco registraba unas pérdidas trimestrales de 2.800 millones. El 10 de septiembre, los directivos de Lehman dieron una conferencia de la que no se desprendió la grave situación del banco. La fiscalía de Nueva York y Nueva Jersey investiga si el banco engañó a clientes e inversores.La quiebra. El fallido intento de venta obliga a Lehman Brothers a acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebras y declararse en bancarrota. Se pone fin así a una entidad con 158 años de historia. En la documentación presentada, Lehman informa de una deuda superior a 613.000 millones de dólares y unos activos valorados en 639.000 millones.Actuación de la CNMV. Dos días después de la declaración de quiebra del que hasta entonces era el cuarto banco de inversión de EE UU, el supervisor español publica una nota informando del impacto en las instituciones de inversión colectiva registradas en España: 129 fondos de inversión y 330 Sicav. El volumen total afectado es de 300,2 millones de euros, mientras que la exposición media era del 3,21% en los fondos garantizados y del 0,9% en el resto.Ausencia de datos. Las cifras oficiales recabadas en la CNMV sitúan en 500 millones de euros el importe de notas estructuradas emitidas por Lehman en los últimos años. A eso hay que añadir todo el volumen de numerosos contratos de banca privada, que no se harán públicos por los contratos de confidencialidad firmados por entidades y clientes. Bankinter sí ha dado cifras oficiales, con 980 clientes perjudicados y un importe total de 80 millones de euros. Adicae habla de una horquilla de 1.600 a 3.000 millones el patrimonio afectado por la quiebra de Lehman.