La crisis puede suponer la pérdida de 20 millones empleos hasta 2009, según la OIT
La crisis financiera podría traducirse en la pérdida de 20 millones de puestos de trabajo en todo el mundo hacia finales de 2009, según un estudio elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Así lo afirma el director general del organismo, el chileno Juan Somavía, en un artículo publicado hoy en el rotativo La Tercera en el que advierte de que eso significaría superar por primera vez la cifra de 200 millones de desempleados en el mundo.
"Los trabajadores pobres que viven con menos de un dólar al día podrían aumentar en 40 millones, y aquellos que viven con dos dólares al día en más de 100 millones", afirmó Somavía. Ante este panorama, el director general de la OIT opina que es necesario un plan de rescate económico para los trabajadores y la economía real, con "normas y políticas que generen empleos decentes y empresas productivas".
"La búsqueda de una mayor regulación financiera y un sistema de vigilancia mundial de pesos y contrapesos es un paso positivo, pero debemos ir más allá del sistema financiero, pues ésta no es sólo una crisis de Wall Street", perseveró Somavía. Los pasos para revertir los efectos de la crisis financiera mundial deben ir encaminados a restablecer el crédito y a apoyar a los más vulnerables.
"Esto abarca una serie de medidas, desde proteger las pensiones, promover los seguros de desempleo y los sistemas de protección social en general, hasta brindar créditos a las pequeñas y medianas empresas, que hoy en día representan las principales fuentes de trabajo", subrayó el chileno. A su juicio, se precisan políticas públicas y reglas contundentes e inteligentes que vuelvan a premiar el trabajo duro y las empresas, ya que el sistema financiero actual "ha perdido su brújula moral".
Somavía destacó la importancia de encarar los desafíos subyacentes que existían previamente a la crisis, como la pobreza masiva, la elevada desigualdad social, la alta incidencia del trabajo informal y el trabajo precario.
"Un proceso de globalización que había generado grandes beneficios, pero que para muchos se había vuelto desequilibrado, injusto e insostenible", resumió.