La gripe causa fiebre, malestar general... y pérdidas económicas
Una epidemia gripal conlleva un coste empresarial de entre 300 y 400 euros por empleado.
Vuelve el otoño: los abrigos regresan a las calles, los días se acortan, las vacaciones son ya un lejano recuerdo... y llega la gripe. Un virus que cada año afecta a alrededor de un 10% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que además de perjudicar la salud de los trabajadores, también daña la de las empresas. El coste que cada año deben afrontar las compañías y el sistema sanitario debido a la gripe estacional supera los 1.000 millones de euros en todo el mundo.
Son datos de Xavier Badia, experto en el aspecto económico de los fenómenos sociosanitarios y autor del estudio Impacto Económico de la Gripe en el Medio Laboral. 'En el ámbito laboral español, una epidemia de gripe puede provocar la pérdida de unos 70 millones de horas de trabajo y un coste medio por individuo afectado de entre 300 y 400 euros', señala. El virus, según su informe, causa cada año unas pérdidas en el mundo empresarial de 387,6 millones y un absentismo de entre un 10% y un 15% de la plantilla. Badia cifra la mayor parte de estos costes en 'la pérdida de productividad de la empresa' y subraya la importancia de contar 'con un programa eficaz de sustituciones de los empleados'.
La gripe es una enfermedad infecciosa que se contagia muy fácilmente y cuyos síntomas duran entre seis y ocho días. La vacuna es, sin duda, la mejor manera de prevenirla. 'Son infalibles en un 70% u 80%', asegura Antonio Iniesta, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina en el Trabajo, un organismo que a finales del mes pasado organizó unas jornadas sobre Preparación y respuesta ante una pandemia de gripe. Sin embargo, la Seguridad Social sólo cubre la vacunación de las personas con más de 60 años o con enfermedades crónicas. Las empresas deben costeársela por sí mismas, aunque cada dosis sólo cuesta 8 euros, según Badía.
Los expertos comentan que el método de prevención más eficaz es la vacuna
José María Eiros, virólogo del Centro de la Gripe de Valladolid también recomienda que el servicio de prevención de la empresa cuente 'con un test de diagnóstico rápido que permita detectar la enfermedad', ya que los síntomas de la gripe pueden confundirse con los de otras enfermedades. 'Esto minimizaría la prescripción innecesaria de antibióticos', explica Eiros, además de permitir identificar rápidamente la presencia de una epidemia.
Estos profesionales destacan una serie de reglas que el ambiente de trabajo debería cumplir para combatir la aparición de la epidemia. En primer lugar, comentan que lo mejor es evitar las aglomeraciones de gente. Así, el riesgo de contagio es mayor en una oficina pequeña que en una gran planta industrial donde los trabajadores estén a bastante distancia. Como mantenerse apartado de los compañeros de trabajo no suele ser posible, dan más recomendaciones generales: mantener el aire acondicionado entre 21 y 25 grados; evitar fuertes chorros de aire, pero también demasiada sequedad; contar con una ventilación adecuada y, claro está, con unas buenas condiciones higiénicas.
¿Y qué hacer cuando un empleado enferma? Las respuestas que dan estos tres doctores son tan simples como antiguas: quedarse en la cama, consumir antioxidantes (frutas, verduras y zumos) y no tomar antibióticos ni comidas fuertes. En ningún caso -por muy imprescindible que uno se crea- hay que acudir al trabajo, pues 'sólo sirve para propagar la enfermedad', señala Badia.
No obstante, en los últimos años se han producido importantes avances en la lucha contra la gripe, gracias a los fármacos antivirales. Administrados las primeras 48 horas de la aparición de la enfermedad, permiten disminuir la intensidad y acortar el proceso. 'Pero es el médico quien tiene que valorar la necesidad de prescribirlo', advierte Eiros.
Cómo predecir la fuerza del virus
Cada año, la gripe comienza en el hemisferio sur -donde el invierno llega antes- y luego se traslada al norte. Esta ventaja temporal es utilizada por los expertos para tratar de predecir el comportamiento de la enfermedad y preparar la vacuna, enfrentada a cepas nuevas con cada temporada.Ahora, por primera vez en 20 años, la vacuna tendrá tres cepas nuevas con respecto a 2007, dos de tipo A -más virulentas- y una de tipo B. Los epidemiólogos han mostrado su preocupación por una ellas, que en algunas ciudades de Australia triplicó el número de afectados frente al año anterior. 'Pero no conviene alarmarse ni aventurar nada extraordinario', asegura José María Eiros, que reconoce sin embargo la dificultad de predecir lo que sucederá en una temporada gripal. 'La del año pasado no fue especialmente virulenta, y aunque se cree que este año será peor es imposible saberlo', añade Antonio Iniesta.En el siglo XX hubo tres pandemias, en 1918, 1957 y 1968, que causaron la muerte a cerca de 50 millones de personas, entre todas. La gripe aviar como fuente de una posible pandemia causa la inquietud de los expertos, que ya han comenzado a preparar programas de prevención y tratamiento. 'Estamos en la fase dos de alerta de tres, y por eso es importante que, al igual que la Administración y el sector sanitario, las empresas preparen planes de actuación ante una pandemia', aconseja Xavier Badía.