Una guerra en cuatro frentes
La ofensiva ante el shock financiero se resume en garantizar los depósitos, avalar la deuda, dotar de liquidez a los bancos para que sigan operando y recapitalizarlos para reforzar sus activos.
No hay otra alternativa que un planteamiento sistémico, global, para hacer frente a la crisis económica que está en vías de transformar el orden financiero vigente durante los últimos 15 años. Los expertos lo han estado reclamando así durante bastante tiempo y los Gobiernos europeos parece que lo han comprendido este fin de semana. Las vías por la que se afrontará una solución de conjunto a la situación consisten en síntesis en lo siguiente: dotar de liquidez a los bancos, directamente y mediante el aval de sus emisiones de deuda, recapitalizar al sector financiero con la entrada directa del Estado en el capital y, lanzar una llamada de tranquilidad a los ciudadanos, garantizando los depósitos que tienen en bancos, cajas y gestoras de fondos. Con esta última medida se ataja el pánico latente desde hace semanas sobre la seguridad del dinero depositado en las cuentas bancarias.
En resumen, el Estado asume el control del sistema bancario para garantizar su continuidad y superar una crisis de gran magnitud.
Bolsa
El mercado se ha acostumbrado este año a marcar récord históricos, para bien y generalmente para mal. Los principales índices de la zona euro subieron ayer más de un 10% (el Ibex ganó el 10,65%), con el Euro Stoxx mejorando un 11%. Este registro espectacular tiene que ver en primer lugar con el hecho de que las Bolsas vienen de vivir la peor semana de toda su historia. El varapalo impresionante de los cinco días anteriores ha dejado muchos valores a precios de derribo y el inversor no ha tardado en aprovecharlo. En segundo lugar, la unidad que esta vez sí han mostrado los gobernantes de la UE transmite cierta tranquilidad al mercado, en el sentido de que los Estados no permitirán que quiebre ninguna entidad. Estos son los elementos a tener en cuenta:
Valoración. A pesar del repunte de ayer el PER (Price Earnings Ratio) del Ibex sigue siendo muy bajo: La Bolsa cotizada a un promedio de 7,9 veces los beneficios esperados de las empresas que están listadas en ella. Ese nivel de PER es casi la mitad del promedio histórico.
Economía. El panorama económico está lejos de haberse resuelto. 'Nada puede parar una recesión global', avisa Credit Suisse, que da sus argumentos: 'El sector inmobiliario europeo aún está sobrevalorado un 20%; el excedente de viviendas en EE UU es de dos millones y los consumidores estadounidenses tienen un exceso de endeudamiento de 2,4 billones de dólares (1,77 billones de euros).
Resultados. Las empresas del S&P 500 comienzan su temporada de publicación de las cuentas del tercer trimestre. Thomson Reuters espera una caída del beneficio del 7,4% de promedio.
Aseguramiento
La decisión de los Gobiernos europeos de actuar de avalistas de los bancos corre el riesgo de ser mal entendida. Hay quien se ha apresurado a denunciar que los contribuyentes pagarán los platos rotos de la banca. En primer lugar, el respaldo público permitirá a los bancos poder colocar sus emisiones de deuda y obtener así financiación de más largo plazo, mientras que el BCE suministra la de corto plazo. Esto no sólo permite atender las necesidades operativas de los bancos y afrontar los vencimientos de emisiones anteriores. Además reduce notablemente la percepción de riesgo y, por lo tanto, el coste de financiación. Esto terminará relajando el euríbor, la tasa a la que se prestan los bancos entre sí y que luego emplean para los créditos a empresas y consumidores.
Euríbor. El euríbor a 12 meses, el que grava las hipotecas a tipo variable, bajó ayer un 1,17% y se situó en 5,425%. Puede saber a poco, pero es el mayor descenso intradiario desde mediados de enero.
Acción coordinada. Una vez que Reino Unido anunció la semana pasada que respaldaría las emisiones de deuda de los bancos, era prioritario que toda la UE adoptase la misma medida. Si los bonos corporativos de los bancos británicos tienen respaldo público y los de la banca española no, la prima de riesgo que se le exigiría a las entidades españolas sería muy superior. La garantía que ofrece un Estado es, obviamente, mucho mayor de que la puede aportar una empresa por sí sola.
Liquidez
El cambio de modelo de negocio de los últimos años ha propiciado que los bancos hayan prestado mucho más dinero del que han captado vía depósitos y otros negocios. Eso no suponía ningún problema en un momento de euforia, ya que los bancos se financiaban rápidamente en el mercado interbancario, o colocando productos como los bonos hipotecarios. Ahora, eso no ocurre y las necesidades de liquidez son perentorias.
Recortes de tipos. La primera medida para abaratar la financiación fue el recorte de los tipos de interés principales, que el BCE llevó la semana pasada al 3,75%.
Fin de las subastas. Hasta ahora, los bancos centrales habían optado por incrementar las subastas de liquidez. Pero esta herramienta ha demostrado tener unos efectos secundarios muy nocivos. Las necesidades de liquidez eran tan acuciantes que la banca acudía en masa a las subastas y el tipo de interés -el precio- se disparaba. Poco antes del recorte de tipos, se acababan de asignar liquidez a seis meses al 5%, y se han alcanzado tipos marginales overnight -de un día para otro- al 9%. El BCE, la Reserva Federal, el Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza han anunciado que darán liquidez sin límites en dólares y a un tipo de interés fijo, para vencimientos a siete, 28 y 84 días.
'Nacionalización'
Todo esto no evitará las pérdidas de los bancos, muy dañados por una crisis que se lleva arrastrando desde hace un año y que les obliga a dotar provisiones constantemente. Una solución es hacer ampliaciones de capital... ¿Pero qué inversores están dispuestos ahora a suscribir las acciones de la banca? Probablemente muy pocos, como lo demuestra el hecho de que el volumen de OPV (Oferta Pública de Venta) descendiera un 87% en el tercer trimestre en términos interanuales, según PricewaterhouseCoopers. De nuevo, Reino Unido ha vuelto a marcar la pauta al anunciar que está dispuesto a invertir hasta 50.000 millones de libras (unos 63.000 millones de euros) en adquirir acciones preferentes de los bancos. Estas son acciones sin derecho a voto, lo que alejaría los tradicionales recelos que suelen florecer cuando el Estado desembarca en una institución privada. Esta fórmula tiene muchas ventajas frente a otras maneras de inyectar capital en el sector bancario.
Control. La participación directa de la Administración como accionista del banco da al Gobierno la facultad de ejercer una supervisión más sólida y exigente sobre la actividad de la entidad y su solvencia.
Quiebra. La entrada del Estado también supone un salvavidas contra la posibilidad de quiebra, lo que no sólo tranquiliza a los ciudadanos y a la propia empresa, sino que también redundará en una relajación de las presiones interbancarias y, por tanto, el mercado de crédito.
Depósitos. El anuncio unilateral de Irlanda de garantizar el 100% de los depósitos, tuvo el efecto secundario de llevar a Europa al borde de una guerra de depósitos. El hecho de que un país ofreciese más garantías que otro, podría haber generado un trasvase de ahorros muy desestabilizador. Al mismo tiempo, al incrementar la garantía, se transmite tranquilidad a los ciudadanos y se evita que estos acudan en masa a retirar su dinero, lo que habría desencadenado una crisis de consecuencias imprevisibles, pero en cualquier caso muy graves.