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Juan José Fernández-Figares

'Ahora la visibilidad es nula, no haría nada en Bolsa'

La volatilidad es extrema y el mercado no mira los fundamentales. La estrategia de Link es esperar a que la situación se apacigüe.

"Ahora la visibilidades nula, no haría nada en Bolsa"
"Ahora la visibilidades nula, no haría nada en Bolsa"

Los nervios en la Bolsa están a flor de piel, los vaivenes son constantes y la incertidumbre campa a sus anchas. Pese a que hay valores a precios atractivos y con unas perspectivas optimistas, Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, aconseja mantenerse al margen hasta que las aguas vuelvan a su cauce. Recuperar la confianza de la mano del plan de rescate en Estados Unidos y presenciar la normalización del mercado interbancario darán la señal para empezar a pensar de nuevo en la renta variable.

¿Qué le aconsejaría a un inversor en el momento actual?

En el momento actual no aconsejaría hacer nada porque la visibilidad es nula. Con la volatilidad actual, una persona con suerte puede llegar a ganar un 30% en un mes, pero eso no es un cambio de tendencia. Es mejor aguardar a que se calme la situación para empezar a tomar posiciones.

¿Conseguirá el plan de rescate aprobado en EE UU devolver la confianza al mercado?

La confianza es lo más difícil de recuperar y llegará cuando los bancos comiencen a prestarse dinero entre sí. El objetivo del plan es devolver la normalidad al mercado interbancario y, para conseguirlo, el gobierno de Estados Unidos se quedará con parte de los activos tóxicos que inundan el sistema. Lo malo es que el subyacente de estos activos es el precio de la vivienda y, de momento, sigue cayendo.

¿Cuándo tocará fondo?

El problema es que, al haber más desahucios, el número de viviendas en venta aumenta y eso presiona los precios a la baja. En algún momento tocará fondo y, a partir de entonces, se aliviará muchísimo la situación, porque se podrá poner precio a esos activos.

Pero, por valoración, la Bolsa está a precios atractivos...

El PER número de veces que la previsión de beneficio está incluida en el precio es un término relativo. Hay momentos en los que el mercado está dispuesto a pagar mucho más y viceversa. Además, no me creo que lo que vamos a ver en las economías europeas esté reflejado en los resultados. Previsiblemente, asistiremos a una revisión a la baja que, hoy por hoy, no se recoge en el consenso de mercado.

El sector financiero ha sido el más castigado, ¿volverá a los precios a los que cotizaba antes de la crisis?

Su caída ha sido comparable, en cuanto a magnitud, a la sufrida durante el estallido de la burbuja.com. Pero, mientras que en aquel entonces las empresas eran ideas, las entidades financieras sí tienen activos con valor. Eso sí, me cuesta pensar en volver a ver algunos bancos medianos españoles a los precios a los que cotizaban antes de la corrección, puesto que incluían importantes primas corporativas...

En términos de solvencia, ¿cómo valora la situación de las entidades españolas?

Los bancos nacionales se han centrado en el negocio hipotecario y no han comprado activos tóxicos. Además, la labor del Banco de España en los últimos años ha sido fundamental. Bajo su batuta, han creado un colchón de fuertes provisiones que será de gran ayuda. Pero también están sufriendo. Hay entidades que tienen en torno a un 180% de créditos respecto a sus depósitos. Ante las dificultades de encontrar financiación en el mercado, están dirigiendo el dinero de los fondos de inversión hacia los depósitos. Eso sí, pagándolos muy caros.

El mercado interbancario sigue muy tenso, ¿cuánto tiempo podrán resistir esta situación?

Encontrarán problemas cuando tengan que enfrentarse a los vencimientos de deuda. Aunque los de 2008 no son muy fuertes, en torno a 20.000 millones, el próximo ejercicio serán más importantes. Va a depender de cada entidad y de cómo sea capaz de financiar ese vencimiento.

Trichet barajó esta semana una bajada de tipos, aunque finalmente los mantuvo. ¿Hubiera aliviado la situación?

Tal y como está el mercado, no creo que pueda tener un gran impacto. Está claro que aliviaría relativamente la situación. Pero el problema no es ése, sino que el euríbor a 12 meses está al 5,49% y los tipos, al 4,25%. Esta diferencia no es normal ni saludable.

¿Sería deseable un plan de rescate en Europa a imagen y semejanza del estadounidense?

Lo veo muy complicado, debido a que no existe un presupuesto común, como ocurre al otro lado del Atlántico. Pero sí que se van a hacer operaciones conjuntas, como los rescates de Dexia o Fortis. No pueden permitir la caída de entidades financieras. Previsiblemente, asistiremos a más intervenciones de este tipo, que darán pie a un proceso de venta de activos y a fusiones.

¿Cómo ve en Bolsa a los dos grandes, BBVA y Santander?

Son casos muy distintos al de los medianos. Bajo mi punto de vista, nunca han estado sobrevalorados. Ya antes de la debacle valían incluso menos en función de las expectativas que se tenían en ese momento.

¿Una vez haya escampado la tormenta, hacia qué otros sectores o valores habrá que mirar?

Está claro que los negocios más cíclicos seguirán sufriendo a tenor del escenario al que nos enfrentamos. Pero hay un buen número de compañías interesantes y que pueden erigirse en refugios, como Ebro Puleva, Grifols o Técnicas Reunidas. Esta última, por ejemplo, ha sufrido una corrección muy fuerte, cuando tiene visibilidad de resultados para los próximos tres años.

¿Mejor valores pequeños o blue chips?

En los últimos 12 meses, la caída media del índice general de la Bolsa de Madrid desde los máximos supera el 45%, muy por encima del retroceso del Ibex. Ha habido ventas indiscriminadas en las pequeñas y medianas compañías, porque se habían creado muchos fondos dedicados a invertir en ellas y, cuando los inversores se han asustado, han tenido que desinvertir a marchas forzadas. Ahí sí puede haber oportunidades a medio y largo plazo.

Las materias primas como catalizador

En el momento convulso y plagado de incertidumbres que atraviesan los mercados, la fuerte corrección que han sufrido las materias primas desde máximos se convierte en uno de los pocos elementos que ayuda a eliminar presiones.'Estos acontecimientos paralelos son muy positivos. El hecho de que los precios de productos básicos como los alimentos y la energía se estén moderando ayudará a suavizar tensiones inflacionistas y favorecerá el crecimiento económico al impulsar el consumo', explica Juan José Fernández-Figares.En opinión de este experto la caída del precio del petróleo y de otras materias refleja las expectativas de desaceleración mundial aunque, al mismo tiempo, deja claro que los precios alcanzados meses atrás obedecían en buena medida a las apuestas de muchos especuladores que, escarmentados por la mala evolución de la Bolsa, buscaron refugio en las materias primas.En su opinión, la caída de precios actuales, unida a los previsibles recortes de tipos de interés en el medio plazo, se perfilan como los próximos catalizadores para las Bolsas una vez que se aleje el pánico.

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