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Tribuna
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¿Quién tiene la solución?

Las medidas adoptadas el viernes por el Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y la Security Exchange Comisión (SEC) americanos cerraron una semana de extrema aversión al riesgo e inestabilidad en los mercados financieros. A pesar de que la Reserva Federal ha tenido una participación muy activa en la gestión de la crisis, con inyecciones continuadas de liquidez y acuerdos de coordinación con otros bancos centrales, ha sido necesaria la intervención del Gobierno americano y de la SEC para imprimir un cambio radical en la evolución de los mercados. Las principales medidas tomadas fueron: la futura creación de un fondo (Resolution Trust Corporation, RTC) financiado por el Gobierno americano y gestionado por el Tesoro, que adquiriría una parte importante de activos que están lastrando el valor de muchas instituciones financieras; la creación de un fondo de garantías que cubriría a los depositarios de fondos de dinero para evitar la retirada masiva de estos fondos, y la prohibición temporal de ventas de acciones al descubierto.

La primera de las medidas, la creación del RTC, tiene implicaciones importantes en la evolución de la crisis de crédito actual. Primero, supone un reconocimiento de la insuficiencia de las inyecciones de capital por parte de los bancos centrales y la necesidad de inyectar capital (en lugar de liquidez). En cierta medida supone reconocer que parte del problema de liquidez es ya un problema de insolvencia. Durante la gestión la crisis actual, el Tesoro y la Fed han realizado diversos intentos de atraer capital privado (tanto en el rescate de Bearn Stearns como en el intento de salvar a Lehman de la bancarrota). La incapacidad de atraer capital privado ha llevado al Gobierno americano a dar un paso adelante y ser el primer agente que pone capital en instituciones sin necesidad de que esto dé lugar a una nacionalización (como la de Fannie y Freddie).

Segundo, la RTC es una institución que tuvo un papel primordial en el encauzamiento de la crisis de las instituciones de ahorros en Estados Unidos a finales de los años ochenta. En aquella crisis el fondo creado se hizo parte de los activos de las instituciones en quiebra (activos reales en su mayor parte), para luego subastarlo. En esta ocasión los activos que asumirá el fondo son activos financieros (cédulas hipotecarias y seguros de quiebras o credit default swaps) y las instituciones vendedoras son económicamente viables. Las condiciones bajo las que el fondo adquirirá estos activos no están determinadas, pero probablemente el Tesoro insistirá en aplicar descuentos importantes en la adquisición para aleccionar sobre el riesgo moral y poder defender estas medidas frente al contribuyente.

Tercero, en la misma medida que el RTC que se creó a principios de los noventa tuvo un impacto importante sobre las cuentas públicas, este nuevo RTC de mayor dimensión tendrá también un mayor efecto sobre los déficits fiscales, y posiblemente sobre el valor del dólar. Por último, si bien este anuncio es ya de por sí importante, la implementación de estas ideas llevará tiempo hasta que sean aprobadas por el Congreso.

La creación de un fondo de garantía que cubrirá los depósitos en fondos de dinero es similar al que actualmente existe sobre los depósitos bancarios. El plan exigirá a los gestores de fondos una prima para formar parte de este programa de garantía. Aunque la cantidad con la que inicialmente se dotará puede parecer insuficiente, la creación del fondo de garantía generará mayor confianza que frenará la liquidación de fondos temida.

Por último, la SEC prohibió de forma temporal la venta de acciones al descubierto, esto es, la venta de acciones que no se tienen. Esta acción se realizó de modo concertado con el regulador inglés, la FSA (Financial Service Authority) y se extiende a cualquier acción de una institución financiera que se negocie en un mercado público. Esta medida es controvertida porque limita la transmisión de información a través del precio. Además, la evidencia empírica ha demostrado que la última prohibición de la SEC a principios del verano limitando la venta al descubierto de 19 instituciones financieras no fue eficaz.

La suma de las tres medidas ha tenido un efecto inmediato en el mercado, con una recuperación vertiginosa de la renta variable y una corrección importante de la renta fija. Sin embargo, estas medidas parecen responder al esfuerzo individualizado del Tesoro americano ante una crisis crediticia que es global y con efectos agudos en Europa. Los esfuerzos coordinados se han limitado a la inyección de liquidez por parte de los bancos centrales, pero no a un plan coordinado de los Tesoros de los distintos Gobiernos. Quizás haga falta un esfuerzo en esta dirección.

Juan Toro. Socio-director de Transmarket Spain y profesor asociado al Instituto Empresa

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