_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un posible MBO para Goldman

Quedan pocos que peinen canas en Goldman Sachs que recuerden el año 1994. Fue cuando la aniquilación del mercado de bonos forzó a los directivos de la banca de inversión a rascarse el bolsillo para mantenerla a flote. Ahora que el precio de las acciones ha sido vapuleado por la epidemia financiera de 2008, algunos se cuestionan si Goldman no debería repetir ­quizá, incluso, excluirse de Bolsa­. La respuesta es no.

Es tentador considerar la posibilidad de revertir Goldman a sus antiguos accionistas. Ninguna firma de Wall Street está tan versada en el arte de exclusiones de Bolsa como Goldman, precisamente porque está en su cultura, es fácil comprender cómo la firma podría convencer a sus actuales empleados para que aporten su dinero y, además, pasar el sombrero a los socios que llevan fuera desde la OPV de 1999.

Muchos ex directivos ­incluso algunos como el actual secretario del Tesoro, Hank Paulson, o el jefe de Merrill Lynch, John Thain­ podrían ser probablemente contactados para ponerse a trabajar. Es una buena apuesta que alumnos como el responsable de hedge fund Richard Perry pudiera echar una mano. Así, también podríacontarse con algunas instituciones en las que Goldman ha invertido, como Sumitomo o la China ICBC.

Pero este razonamiento asume que la Goldman de hoy se parece a la de 1994. Y no es así. La actual necesita obtener permanentemente capital, algo que antes no sucedía; soportar un balance de un billón de dólares, varias veces superior a su versión de 1994, y acudir a los mercados de deuda regularmente en cantidades que no podrían soportar socios privados.

Seguro, un MBO podría apagar las luces de alarma de la caída del valor en Bolsa. Pero, aun así, Goldman seguiría necesitando la confianza de los mercados de deuda y capital para poder funcionar. Excluirla de Bolsa no evitará que la gente acuda a sacar su dinero, que es esencialmente lo que está sucediendo en estos mercados sacudidos por el miedo.

Por Rob Cox

Apoyo al mercado monetario

Los fondos de mercado monetario no aseguran el capital como lo hace la banca con los depósitos. Todavía muchos inversores creen que sus gestores no permitirán que sus valores caigan por debajo de su valor nominal. Después de todo ya se ha acudido antes al rescate del dinero de los inversores de estos fondos cuando el valor cayó por debajo del límite crucial de 1 dólar. Ahora, el Gobierno de EE UU ha decidido hacer la garantía explícita para detener las pérdidas de los inversores y asegurar que este mercado de papel comercial ­donde se compran los fondos monetarios­ no se paralice. Es una mala idea.Uno puede comprender el deseo del Gobierno de intervenir. Las compañías dependen del papel comercial a corto plazo para financiar sus operaciones diarias. El descalabro de los spreads hace esto más difícil.El problema con el plan del Gobierno aprobado el jueves es que no ha puesto cuidado a la hora de diferenciar en qué activos han invertido los distintos fondos monetarios. Su deseo de garantizar el sistema podría fomentar una toma de riesgo insensata. Los compradores tendrán el perverso incentivo de buscar los fondos monetarios de más rentabilidad. Después de todo, no tienen muchos motivos de preocupación sobre el riesgo del fondo en tanto que sus ahorros por debajo de 100.000 dólares están asegurados por el Gobierno.Sin embargo, la Reserva Federal ha añadido el insulto a la injuria. Permitirá a los bancos obtener fondos sin recursos previos para comprar ABCP (titulizaciones financiadas mediante la emisión de papel comercial a corto plazo) de los fondos de mercado monetario, y usar estos ABCP como colateral en los préstamos. Esto significa que obtienen dinero barato y lo emplean en ABCP, potencialmente de mayor riesgo, ganando en el spread sin preocuparse por el riesgo.El plan del Gobierno tiene algo a su favor: expira en un año. Lo que ofrece la posibilidad al inversor de que antes de que termine este plazo, los fondos pueden utilizarse para comprar activos de mayor rentabilidad. Esto provocará, probablemente, que inversores y gestores aumentarán la presión para que se extienda el plazo, quizá de forma indefinida. Entonces los contribuyentes estarán una vez más en la cuerda floja si la codicia de Wall Street vuelve a desmandarse.Por Robert Cyran

Archivado En

_
_