El ciclo de las materias primas
La expectativa de que se prolongue o no el ciclo alcista condiciona la inversión
Se trata de un tema recurrente, pero no puede ser de otro modo, ya que el ciclo alcista de las materias primas parece no tener límite. Precisamente, la fuerte alza acumulada por el precio de muchas materias primas, con el petróleo como máximo exponente, unida a una cada vez más cierta desaceleración económica, cuando no recesión en algunos países, ha llevado a no pocos analistas a anunciar el inminente final de este proceso alcista.
Las posiciones se sitúan fuertemente encontradas, y lo que es más difícil de entender por muchos inversores minoristas, a veces entre analistas o gestores de fondos de reconocido prestigio y amplio conocimiento del sector.
De manera muy resumida se puede decir que el análisis histórico de crisis similares pasadas, como pudo ser la de la primera parte de los años setenta del siglo pasado, llevaría a alinearse con aquellos que esperan una fuerte corrección del petróleo y de las materias primas en general más pronto que tarde. En determinados casos, algunos de estos analistas llegan a aventurar que los máximos alcanzados hace poco más de dos semanas podrían haber representado los máximos históricos y que la pequeña corrección observada desde entonces es en realidad el inicio de un cambio de ciclo.
Los fundamentos de esta posición son claros, y estarían ligados a la creencia y constatación histórica de que las recesiones suelen ir acompañadas de una fuerte subida previa de las materias primas y de que una vez que entramos en las mismas, la caída de la demanda se hace palpable y los precios empiezan a corregir con fuerza.
La otra posición estaría basada en una teoría que se repite durante todas las crisis y es la de que 'esta vez es diferente'. En la mayoría de las ocasiones, la creencia de que hemos entrado en una nueva dinámica económica o de que existen nuevos factores, suele terminar con la constatación de que el sistema económico en que nos desenvolvemos no ha cambiado tanto en los últimos 100 años y de que los ciclos son movidos por fuerzas que están 'codificadas' en los mismos. Según esto sería fácil tomar partido por la posición resumida en el párrafo anterior y prepararse, desde el punto de vista de las inversiones, para un desinfle estrepitoso de los precios.
¿Cuánto puede durar?
Sin embargo, existen al menos dos problemas. El primero es el famoso y decisivo 'timing', o momento de entrada o salida en el activo financiero de referencia. Incluso aunque estuviéramos en lo cierto y, como apunta más de uno, estuviéramos inmersos dentro de una burbuja de precios, ésta puede continuar durante mucho más tiempo del esperado. Las consecuencias pueden ser la pérdida de jugosas rentabilidades o de ceder finalmente a la tentación y de entrar verdaderamente demasiado tarde, cuando estamos alcanzando el punto de inflexión. El segundo tiene que ver con el hecho de que no siempre las cosas son iguales en todos los ciclos y así lo respaldan, en este caso, expertos del calibre de Nicolas Komilikis de Amiral Gestion, Arjun N. Murti de Goldman Sachs o el siempre carismático 'guru' de las materias primas y ex compañero de aventuras de George Soros, Jim Rogers.
Una de las cuestiones claves será el comportamiento de la economía china, que habría que seguir por tanto con lupa. Existen escépticos, con una buena batería de datos, que ven prácticamente imposible que si Estados Unidos finalmente entra en recesión, China pueda escapar sin apenas daños. Una fuerte desaceleración del gigante asiático y consecuentemente de muchos de sus vecinos traería sin duda una significativa caída de la demanda y consiguiente aumento de las reservas. Las probabilidades de una fuerte corrección de los precios serían elevadísimas.
Por el contrario, si la resistencia mostrada hasta ahora se mantiene y el crecimiento chino continúa a elevados ritmos, el hecho indudable de que la producción mundial de crudo sigue estancada y con pocas perspectivas de reactivación en el corto/medio plazo, podría mantener los precios del petróleo y otras materias primas en niveles muy elevados. Estaríamos ante una de esas muy escasas ocasiones en que 'esta vez las cosas son diferentes'.
Para los inversores que se inclinen por esta posibilidad las opciones son abundantes. Tenemos los fondos que Lipper clasifica en la categoría de Renta Variable Sector Recursos Naturales y cuyo índice, denominado en dólares, es prácticamente el único que logra situarse en positivo en lo que va de año.
Más rentables han resultado ser los fondos que invierten directamente en materias primas a través de índices o futuros, como queda reflejado en el índice Lipper Materias Primas, con una revalorización del 26% en dólares y de algo más del 16% en euros, en lo transcurrido del año 2008. Para aquellos que apuesten por las caídas las opciones son mucho más escasas y dentro de la inversión colectiva se limitarían a unos pocos fondos cotizados (o ETF) inversos.