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Crisis

La crisis del ladrillo provocará este año una caída del 18% en las ventas de cemento

El consumo de cemento descenderá este año en España entre un 15% y un 18%, según previsiones de Oficemen, por el parón en la construcción residencial. El sector no espera grandes ajustes de plantillas ni desinversiones significativas, pero ha llamado la atención sobre el retraso en la ejecución de obra pública y el encarecimiento de la factura eléctrica.

La patronal del sector cementero español, Oficemen, llamó ayer la atención del Gobierno para evitar un descalabro en el negocio. Sus empresas afrontan la primera caída desde 1996: esperan para este ejercicio un derrumbe en el consumo de cemento en España que rondará entre el 15% y el 18%. Eso supone cerrar con unas 46 millones de toneladas, un techo superado ya en 2003.

El golpe se amortigua, de momento, con menores importaciones: 'Las compras al exterior han disminuido un 38,4% hasta junio', explicó ayer en un acto con la prensa el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza. Un 29,7% del cemento gastado en este país llegaba el pasado ejercicio desde lugares como China. Por tanto, una menor demanda se combate olvidando las compras fuera y queda intacta la producción nacional, suficiente para atender a un mercado desacelerado.

En todo caso, Oficemen recordó ayer al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero su promesa de animar la licitación de obra pública: 'El sector no ha percibido aún el impulso de la obra civil', apuntó Jean Martin Saint Leon, presidente de Oficemen y responsable para España de la cementera Lafarge.

El sector cerrará el año con unos 46 millones de toneladas distribuidas, cifra ya superada en 2003

Y es que cualquier ayuda en estos momentos se antoja insuficiente. En junio los pedidos de hormigoneras y firmas de prefabricados de hormigón, constructoras y almacenistas (3,37 millones de toneladas), se han reducido un 33,6% respecto al mismo mes de 2007. En buena parte por la crisis de la edificación residencial, pero también por la huelga de transportistas entre el 9 y el 16 de junio. Esta última hizo que se dejara de distribuir un 2% de las toneladas colocadas en un año. En cuanto al semestre recién concluido, España ha engullido 24,2 millones de toneladas, un 16,1% menos que entre enero y finales de junio de 2007.

Mensajes al Gobierno

Una de las claves que baraja Oficemen para evitar ajustes es el ahorro. Y este pasa por pagar menos por la factura eléctrica. Las cementeras, entre otras de la industria básica, crearon la central de compras de energía Fortia para 'negociar bilateralmente con las eléctricas' contratos a largo plazo. Hasta el momento está siendo imposible y Fortia se enfrenta 'a la fuerte volatilidad en unos precios fijados diariamente', comentan desde Oficemen. 'Es muy difícil hacer previsiones de negocio cuando no sabemos cuánto nos va a costar la energía', lamenta Manuel Melgar, director general de Portland, quien asegura que la factura se ha encarecido hasta un 40% para algunas empresas desde la desaparición de la tarifa el 1 de julio.

Otro caballo de batalla es el pretendido aumento en la tasa de sustitución de combustibles fósiles por residuos orgánicos y el uso de residuos minerales, generados en otros procesos industriales, como aditivos en la molienda de clinker. Puntos que prácticamente se negocian ciudad por ciudad por la disparidad de regulaciones.

El año pasado el sector empleó 350.000 toneladas de residuos como combustible, lo que supone un 6,4% del consumo térmico de los hornos. La intención de Oficemen es conquistar un 18%, cifra media en la Unión Europea.

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