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Nuevo modelo de gestión aérea

España y Portugal negocian la creación del 'cielo único' en la península Ibérica

Impulsados por la UE, los operadores de navegación aérea de España y Portugal, AENA y ANA, han mantenido diversas reuniones para avanzar en la creación del cielo único en la península Ibérica. Se han formulado diversos escenarios y podrían alcanzarse acuerdos operativos a final de año.

La península Ibérica podría convertirse a final del presente ejercicio en el primer territorio de la Unión Europea en el que se ha avanzado en la constitución del llamado cielo único. Los proveedores de servicios de navegación aérea de España y Portugal, AENA y ANA, mantienen negociaciones con este fin desde hace varios meses que, al parecer, han sentado las bases para avanzar en sus objetivos.

La celebración de esta tanda de reuniones ha sido alentada por las autoridades aeronáuticas de la Unión Europea que, en su empeño por lograr en el menor corto plazo de tiempo posible el llamado cielo único europeo, han creído que la mejor manera de acercarse a este objetivo máximo es avanzar en la coordinación de las distintas estructuras de control de navegación aérea competencia de cada uno de los países miembros.

En este empeño, Bruselas ha definido lo que denomina 'bloques funcionales', esto es, territorios en los que es posible realizar integraciones pluriestatales de diferentes espacios aéreos.

La revista AN, editada para distribución interna entre los empleados de AENA, da cuenta en su último número de la firma de un protocolo entre las dos empresas públicas y se muestra optimista sobre los resultados.

La conquista del cielo único consiste básicamente en superar en el espacio aéreo los corsés que imponen las fronteras físicas de cada uno de los países miembros de la UE. Tales fronteras nacionales, a lo largo del siglo de existencia de el negocio aéreo, son las que han ido configurando las estructuras de control del tráfico de las aeronaves civiles y militares. Ocurre que la lógica política e histórica de la separación entre los distintos Estados, se convierte en un completo absurdo cuando de lo que se trata es de controlar y guiar el vuelo de un aparato comercial cuyo objetivo es llegar con la mayor seguridad, en el menor tiempo y con el menor gasto entre dos aeropuertos.

En el actual escenario de alza disparatada de los precios del petróleo, la Unión Europea entiende que la mejor medida que se puede adoptar para conseguir una reducción de los gastos de combustible de las líneas aéreas es precisamente acelerar la entrada del cielo único.

La integración de los distintos dispositivos de control en un esquema racional y un nuevo diseño de las autopistas aéreas que respondan a la lógica de eficiencia y no a ancestrales esquemas de poder terrenal, ahorrarían millones de horas de vuelo cada año a los aviones que circulan por el espacio de la UE. En sus reuniones AENA y ANA han avanzado hasta formular diversos escenarios de integración que podrían concretarse en la coordinación completa de los sistemas de control en el llamado espacio aéreo superior, y también en una redefinición de los denominados sectores aéreos.

Lisboa quema etapas

El Gobierno portugués ha puesto en marcha la maquinaria de la privatización de ANA, el organismo público que cumple funciones similares a las de AENA en España. También ha lanzado el proceso de transferencia de la gestión del principal aeródromo del país, el de Portela, en Lisboa, a la iniciativa privada. El ganador de la licitación que está en marcha, no sólo se hará cargo de la gestión de esa histórica terminal, sino que también se adjudicará la construcción del nuevo aeropuerto de la capital lusa, que debe estar operativo en 2013.En la primera fase del proceso de lanzamiento de esta nueva instalación aeroportuaria para Lisboa, ya se ha decidido su ubicación definitiva.Las obras se realizarán en Alcohete, una localidad al este de la capital lusa. Para llegar a esta decisión ha sido necesario descartar el emplazamiento inicial en el pueblo de Ota, situado en dirección sur, donde se plantearon problemas medioambientales.

Francia. Paso lento a la autonomía de ocho terminales

El país vecino ha puesto en marcha un programa para instaurar en ocho aeropuertos de segundo nivel una fórmula de gestión con un grado significativo de autonomía.Las terminales de Burdeos, Lyon, Toulouse y otras cinco más están inmersas en un proceso de constitución de sociedades anónimas en las que el Estado contará con un 60% del capital, las Cámaras de comercio controlarán un 25% y el 15% será propiedad de entidades locales. Esta estructura debe mantenerse hasta el año 2013 cuando el Ejecutivo de París tiene previsto comenzar a privatizar paulatinamente su participación. Francia cuenta con una red de 42 terminales, de los que cuatro están entre los más importantes de la UE. Los aeropuertos de París están agrupados en una sociedad especial con un estatuto propio.

Reino Unido. Orgullosos de su modelo privatizado

El Reino Unido cuenta con el más elevado número de pasajeros aéreos y también con los aeropuertos con un mayor tráfico en Europa. De los 40 aeródromos más transitados de la UE, ocho se ubican en su territorio. Hace dos décadas que se ha convertido en el campeón de cualquier forma de privatización y la práctica totalidad de sus aeropuertos cuentan con gestión privada y propiedad en manos de particulares.Los gestores de las líneas aéreas británicas, especialmente las de bajos costes, se muestran satisfechos la dinámica competitiva que se ha establecido entre los distintos aeropuertos. Sin embargo, tal situación no ha impedido que el lanzamiento de la Terminal 5 del aeropuerto de Heathrow en Londres haya tenido que superar toda clase de dificultades.

Alemania. El control, repartido entre Administración y privados

La propiedad y la gestión de la red de aeropuertos en Alemania está descentralizada. Cuenta con una fuerte presencia del gobierno central, de los ejecutivos autónomos y de la iniciativa privada. Existen 20 aeródromos con actividad comercial de pasajeros, y siete de ellos se encuentran entre los 40 más transitados de la UE. El de Fráncfort y el de Múnich se han convertido en centros de distribución de tráfico de una de las mayores aerolíneas; Lufthansa. El propietario del aeropuerto de Fráncfort, la sociedad Fraport, tiene un 32% de capital del Gobierno regional, un 2,5% del ayuntamiento, un 18,3% del Estado alemán y el resto está en Bolsa. El de Múnich tiene el 51% del Gobierno de Babiera, el 26% del Estado y el resto, de la municipalidad. El gran proyecto es el nuevo aeródromo de Berlín.

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