Materias primas con burbujas
La cotización actual de las materias primas es difícilmente sostenible de aquí a final de año, mantiene el autor, que analiza los factores que defienden esta tesis. En su opinión, el reajuste de los precios tendrá efectos sobre el resto de activos
Resulta muy diferente el estado de ánimo, que sabemos afecta a la formación de opiniones y decisiones, cuando se escribe bajo unos densos nubarrones que al calor de un tibio sol y una bebida burbujeante. A falta de estos dos, podemos conformarnos con saborear algunas burbujas que empiezan a intuirse en los precios actuales de las materias primas. æpermil;stas, habitualmente referidas con el término anglosajón commodities, suelen clasificarse en tres subgrupos -metales, energéticas y agrícolas- con sus particularidades pero con características en común.
Como se habrá anticipado, la tesis es que utilizando un abanico amplio de factores explicativos -por brevedad, trataré básicamente los comunes- las cotizaciones actuales son difícilmente sostenibles de aquí a final de año y parece razonable anticipar correcciones de los mismos. Con diferentes matices para cada subgrupo, pero claramente en el terreno de los dos dígitos negativos, y sin contradecir en ningún caso la validez de la existencia de un ciclo largo alcista.
Entre los factores comunes, macroeconómicos, que muestran más poder explicativo se encuentran la actividad económica mundial y el nivel de tipos de interés a corto plazo, o la cantidad de liquidez disponible en el conjunto de la economía. Tradicionalmente, los precios de las materias primas han respondido con sincronía cíclica y en la misma dirección al crecimiento económico corriente y las expectativas a corto plazo, como una aproximación a la demanda de las mismas. Pues bien, en un entorno en el que ya son visibles claras muestras de una desaceleración económica mundial y los datos del segundo trimestre ahondarán en la misma línea, no parece consistente el mantenimiento de una demanda fuerte. Considerando, por supuesto, que el cambio estructural en el patrón de consumo de las economías emergentes, como en la demanda para la elaboración de combustibles alternativos, no pesan lo suficiente en el conjunto mundial para neutralizar este efecto.
Las primeras en sufrir la revisión de expectativas serán las Bolsas y las emisiones de deuda de las economías emergentes
Para contrarrestar este argumento se viene esgrimiendo en los últimos meses que, tanto en metales y energéticas como en agrícolas, los niveles de inventarios se encuentran en mínimos históricos, y que el crecimiento económico, pese a desacelerarse, exhibe tasas significativas, con niveles de utilización de la capacidad productiva elevadas. Todo ello justifica tanto una demanda del activo físico como derechos de compra en el corto plazo. Para completar esta información creo que conviene recordar que ante escenarios similares desde la década de los setenta hasta hoy, los inventarios pasaron a máximos, y el crecimiento y la utilización de la capacidad productiva a mínimos, en periodos de no más de 6 a 12 meses. Incluso en entornos sociopolíticos donde los Gobiernos y grandes corporaciones imponían una gestión de la oferta con fricciones proteccionistas, y una distribución y producción cartelaria, mucho más evidentes y perniciosas.
Por su parte, el segundo factor común que comentábamos, la liquidez, y sus tres derivadas han acelerado la evolución alcista de precios fuera de zonas más razonables. De hecho, los altos niveles de liquidez disponible y bajos tipos de interés en dólares americanos, principal moneda de denominación de las commodities, observados en la mayor parte de la presente década, así como la significativa depreciación de esta moneda, han creado una ilusión monetaria que ha favorecido una clara inflación de los precios. En paralelo, se han reducido significativamente, hasta convertirlos incluso en negativos, los costes de oportunidad, financiación y almacenamiento. Y, por último, la gran masa de recursos monetarios disponibles, mientras que el resto de activos mobiliarios e inmobiliarios están sufriendo duras correcciones, ha derivado hacia la inversión refugio en materias primas. Con el previsible reenfoque y cambio de sesgo en la política monetaria de la Reserva Federal a lo largo del año, ese proceso va a perder buena parte de la fuerza que lo ha impulsado en los últimos años.
El reajuste de los precios de las materias primas dentro de su tendencia alcista tendrá, en un contexto de alta integración y globalización económica y financiera, efectos sobre el resto de clases de activos. Probablemente, las primeras en sufrir una revisión de las expectativas y un reequilibrio de valoraciones serán las Bolsas y emisiones de deuda de las economías emergentes, que contagiarán niveles altos de volatilidad a las de mercados desarrollados. Sin que, en el escenario previsto, la deuda pública, de la mano de déficits públicos crecientes, y las emisiones corporativas, recibiendo un flujo continuo de noticias negativas, vayan a servir de refugio.
Sergio Fernández. Director de Investment Portfolio Management de American Express Bank Ltd