Obama hace historia
El senador de Illinois, Barack Obama, se convirtió ayer en el nominado para la candidatura demócrata a las elecciones presidenciales de EE UU. Obama, de 46 años, es el primer afroamericano que disputa una carrera presidencial en un país en el que sólo hace cuatro décadas se anularon los últimos vestigios del segregacionismo. Aunque sabía que Obama había superado los delegados necesarios para la nominación, en el discurso de su oponente, Hillary Clinton, no hubo ni rastro de una admisión de su derrota.
La noche final de las primarias de 2008 se convirtió ayer en histórica poco antes de que cerraran las urnas en Montana y Dakota del Sur, los estados que han cerrado esta inusualmente larga y disputada campaña. Al principio del día Obama estaba a falta de 41 delegados para alcanzar los 2.118 necesarios para la nominación matemática. Apenas unas horas antes de que se acabaran las votaciones en ambos estados, una marea de superdelegados anunció su apoyo a este candidato, por lo que apenas necesitó cuatro delegados más salidos facilmente de las urnas al ganar en Montana. Al final, y según lalos últimos resultados, Obama consiguió cerrar ayer las primarias con 2.152 delegados frente a los 1.914 de Clinton.
Con semejante aritmética, Obama se dirigió a unas 20.000 personas que se dieron cita en St.Paul, Minessota, para declarar que estaba en condiciones de decir que era el nominado. El candidato se refirió a sus oponentes en la campaña a quienes describió como "el conjunto de individuos con más talento que ha optado a la Casa Blanca" y en particular dijo de Clinton que es una lideresa "que ha inspirado a millones de americanos, con su fuerza, valentía y compromiso con las causas que nos han traído hasta aquí". De acuerdo con el senador por Illinois, "nuestro partido y nuestro país son mejores por ella y yo soy un mejor candidato porque he tenido el honor de competir con Hillary Rodham Clinton". Acto seguido, Obama hizo lo que lleva semanas haciendo: atacar a su oponente republicano, John McCain.
Pese a su rotunda victoria, Clinton, que habló una media hora antes, no admitió su derrota. Es más, la candidata, que se había trasladado para la ocasión a Nueva York, dijo que "esta noche no tomaré ninguna decisión" sobre planes futuros. Clinton, eso sí, felicitó a Obama por su extraordinaria campaña y por animar a tantos votantes nuevos a participar de ella. Clinton se reunirá con sus asesores de campañas y amigos para calibrar su siguiente, pero ya limitado, paso.
La ex primera dama y senadora por Nueva York, subió al estrado para pronunciar su discurso bajo los acordes de la canción Ain't no mountain high enough (No hay montaña lo suficientemente alta), que refleja bien a las claras la resistencia y tenacidad que ha mostrado en una batalla que ha tenido mucho tiempo cuesta arriba y que le ha costado muchos millones de su propio bolsillo. A primeras horas de la noche se filtraba que estaría dispuesta a aceptar la vicepresidencia si Obama se lo pedía para mantener unido al partido. No obstante, su discurso de la noche no mostró nada en esa línea. Al contrario, mantuvo el tono combativo y habló como si siguiera postulando para el puesto de candidata a la presidencia. Para que el simbolismo de la puesta en escena no se perdiera, la canción que sonó tras su discurso era la Simple the best (Simplemente la mejor), de Tina Turner.
Pese a que la noche pertenecía a la histórica nominación de Obama y a la incógnita política de Clinton, el candidato republicano quiso tener su spot en el largo show televisivo en el que se convirtió la noche electoral. McCain dio por iniciada, oficialmente, su campaña a la presidencia con una intervención en Louisiana en la que intentó distanciarse de George Bush (el presidente más impopular de la historia) y criticó el programa político de Obama.