Pero ¿quién tiene la culpa?
Miguel Rodríguez (30-05-2008)
Los biocarburantes están siendo atacados. La afirmación 'el bioetanol es el principal responsable del precio de los alimentos' es una de las numerosas falsedades que se están haciendo llegar a la opinión pública. Por ello, hemos decidido defender al sector y desmontar estas manipulaciones con evidencias fundamentadas'. Este es el extracto de una publicidad que Abengoa Bioenergía ha insertado en varios medios impresos.
Lo cierto es que la extraordinaria subida de las materias primas agrícolas ha despertado un intenso debate sobre la conveniencia o no de desarrollar energías alternativas si ello contribuye a la hambruna de millones de ciudadanos.
El asunto es complejo; la subida de los alimentos no puede achacarse tan sólo a un factor. El desarrollo de países emergentes híper poblados como China e India y la transformación de su dieta alimentaria; un periodo de malas cosechas y, también, el aumento de la demanda de estos productos para la elaboración de biocarburantes han contribuido en mayor o menor medida a generar una espiral de subidas que ha disparado la alarma mundial.
La OCDE y la FAO publicaron ayer un informe en el que vaticinan que el precio de los alimentos se mantendrá por encima de la media de los últimos 10 años durante la próxima década, al tiempo que piden un replanteamiento de los programas de producción de biodiésel.
Al tiempo, los inversores han percibido que todos esos factores que impulsan la demanda son pilares sobre los que se asientan los altos precios y han entrado en tromba. En ausencia de atractivo en Bolsa, renta fija o inmuebles, las materias primas se han convertido en la inversión de moda, y el factor especulativo se ha unido a la lista de los culpables.
El problema es que los futuros sobre materias primas no son, ni de lejos, tan líquidos como puede ser un mercado de valores desarrollado. Y en un momento dado puede resultar harto difícil deshacer posiciones. Sobre todo en el instante en que estalle la burbuja.