Rato niega trato de favor de Banesto en la compra de Fuensanta
El ex ministro de Economía Rodrigo Rato negó ayer que el grupo Santander hubiera hecho un 'favor económico' a su familia al comprar el 45,3% de Aguas de Fuensanta en 1999, ya que el precio pagado fue la mitad que el de mercado y la operación trató de evitar una ejecución judicial nociva para ambas partes.
Entre los documentos que presentó su defensa figura, además, un escrito de 1996 firmado por la secretaria de Estado de Justicia del último Gobierno de Felipe González y hoy vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ordenando al abogado del Estado no emprender acciones penales contra Santander por el caso de las cesiones de crédito.
En su declaración como imputado ante el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, que investiga la operación, Rodrigo Rato y su hermano Ramón Rato reconocieron que su familia atravesaba por dificultades económicas a finales de la década de los noventa.
Según fuentes jurídicas, los hermanos explicaron que, ante la imposibilidad de que su familia hiciera frente al pago de unos créditos, Banesto aceptó hacerse con el 35% de Aguas de Fuensanta como garantía de la devolución del préstamo y del 10% restante en manos de otra sociedad familiar a través de una compraventa que permitiera atender los préstamos y evitara una ejecución de garantías que hubiera podido dilatarse en el tiempo.
Banesto pagó en 1999 unos 6 millones de euros; un precio considerado desorbitado por los querellantes, que sostienen que la sociedad estaba en 'quiebra técnica' y que la operación se realizó para ganarse el favor político del entonces ministro.
Un rosario de pleitos
Los querellantes, entre los que figura Antonio Panea, están implicados en una treintena de casos contra Emilio Botín, presidente del grupo Santander, saldados con escaso éxito. El de las cesiones de crédito fue archivado por el Supremo en diciembre de 2007.