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Columna
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Un tropel a por Deutsche Post

Es más fácil hablar que entregar, como las germanas Allianz y Commerzbank acaban de descubrir. Los bancos alemanes están discutiendo una posible alianza con Deutsche Postbank para crear un gigantesco banco de más de 30.000 millones de euros. La historia parece compleja de atar y, a pesar de resultar loable en el papel, se antoja diabólicamente difícil.

Está claro que hay importantes incentivos para conseguirlo. A Allianz, en concreto, esa operación le ahorraría la vergüenza de vender su división de actividades bancarias, Dresdner Bank. Dresdner, adquirido en 2001 por 24.000 millones de euros, tiene un valor actual de 9.000 millones de euros, según HSBC. Insertando el negocio minorista de Dresdner en una fusión a tres bandas, Allianz conservaría una importante participación en el nuevo banco y abriría perspectivas potencialmente lucrativas para bancaseguros.

Mientras, Commerzbank, con una capitalización de mercado de 15.000 millones de euros, parece demasiado pequeño para presentar, por sí solo, una oferta por Postbank. La entidad tiene una capitalización de 10.000 millones de euros y necesita una inyección de capital fresco. Su valor en el Tier I es de un débil 4,5%, una vez resueltas sus particularidades.

Los tres bancos juntos lograrán importantes sinergias. Por lo general, en fusiones de actividades bancarias domésticas se produce un ahorro del 10% de costes combinados. En este caso, eso significaría un ahorro de alrededor de 1.000 millones de euros, que gravados y capitalizados representarían 7.000 millones de euros.

Pero si la lógica financiera e industrial fuera la que debe ser, 2.000 bancos alemanes ya habrían consolidado esa operación. Podría ser, pero la mayoría de las propuestas de los bancos alemanes cayeron en una sucia red de intereses locales y nacionales. Los únicos que se atrevieron, Sachsen LB e IBK, quedaron atrapados en esa competición.

Con todo, esta ambiciosa oferta espera alcanzar lo que antes no se consiguió: un consorcio. Es cierto que una operación así tuvo éxito el pasado año: la unión entre Fortis, Santander y Royal Bank of Scotland por ABN Amro. Por eso, lo que sucedió entonces se presenta como un feliz precedente. Por Mike Verdin

Agencias de calificación

Una fisura ha aparecido finalmente en el integrado club de las agencias de calificación. La causa, como en las alteraciones geológicas, es un cambio en la presión. Con los negocios financieros estructurados más o menos muertos, hay pequeños incentivos para que Standard & Poor's y Moody's mantengan las ficciones una vez utilizadas para justificar calificaciones de escoria como si fueran oro. Y con su reputación hecha jirones, ambas firmas han intentado tomar líneas en general más firmes. Juntos, éstos ayudan a explicar la decisión de Standard & Poor's de desacreditar la calificación de Moody's por su metedura de pata en la calificación de la deuda de los CPDO (obligaciones de deuda de proporción constante).El movimiento no hará mucho daño a Moody's. Utiliza poca deuda y probablemente progresaría muy bien sin ella. Pero complica los esfuerzos de gestión del daño a Moody's. Los accionistas sienten ciertamente que el lío de las CPDO ha amenazado a la franquicia de la compañía -ha recortado una quinta parte el precio de sus acciones desde que se conoció la noticia-. S&P dice que su movimiento de calificación refleja ese riesgo. Pero podría decirse que lo ha amplificado también.Los análisis de crédito pueden ser acordes con el objetivo, pero suena a lo que le dijo la sartén al cazo: retírate que me quemas. S&P también ha bendecido los CPDO en cuestión -incluso sin el error de cómputo que según se informa ha inflado las calificaciones de Moody's-. Las dos firmas simplemente llegaron a la misma conclusión por diferentes caminos.Moody's podría tener dificultades si responde con la misma moneda. S&P es parte de un conglomerado más grande, y sus males tienen menos impacto en el perfil crediticio de la matriz McGraw Hill. Pero Moody's causaría sin embargo a sus rivales dolores de cabeza -haciendo agujeros más allá de la mitología financiera estructurada con fuertes rebajas de valores estimados triple A por S&P-. Una característica de las fisuras, después de todo, es que una vez que se abren tienden a expandirse. Por Dwight Cass

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