El gasto social español está siete puntos por debajo de la media de la UE
El gasto social de España continúa distanciado de forma significativa de la media europea, con el 20,8% del PIB, frente al 27,2% del conjunto de los países miembros, según datos de 2005 divulgados por Eurostat, la oficina estadística comunitaria.
No obstante, la inversión social del Estado ese año aumentó 0,8 puntos con respecto a 2004, cuando España también quedó por debajo de la media europea y de nuevos países miembros como Eslovenia y Hungría.
En 2005, once países de la UE dieron menos importancia que España a su gasto social: Polonia, con un 19,6% de su PIB; República Checa (19,1%); Malta (18,3%); Chipre (18,2%); Irlanda (18,2%); Eslovaquia (16,9%); Bulgaria (16,1%); Rumanía (14,2%); Lituania (13,2%); Estonia (12,5%) y Letonia (12,4%).
En el otro extremo, los países que invirtieron en lo social por encima de la media europea fueron Suecia, con un 32% de su PIB, Francia (31,5%), Dinamarca (30,1%), Bélgica (29,7%), Alemania (29,4%), Austria (28,8%) y Holanda (28,2%).
Si se atiende al gasto per cápita -medido en paridad del poder de compra (PPS), que evita las distorsiones por la diferencia en el nivel de precios-, España invierte un 78% de la media de los Veintisiete, y es superada en esta medida por trece países miembros.
Distribución del gasto
En cuanto a la distribución del gasto social, las prestaciones para personas mayores supusieron el mayor gasto del conjunto de la UE, con un 46% del total. A continuación se sitúan los beneficios por enfermedad o para protección de la salud (29%), las ayudas para personas dependientes y sus familiares (8%), las prestaciones de desempleo (6%) y las ayudas para la vivienda y contra la exclusión social (4%).
Asimismo, la mayor financiación del gasto social proviene de las cotizaciones sociales, con un 59% de media en los Veintisiete y una proporción mayor -de un 65%- en el caso concreto de España.
Estas cotizaciones se dividen a su vez en las aportadas por asalariados, trabajadores independientes y jubilados, que significan un 21% de la media europea y un 16% en España, y en las que provienen de los empleadores, que suponen un 38% y un 33%, respectivamente.
En el segundo lugar se sitúan las contribuciones públicas provenientes de los impuestos, que costean el 38% de la inversión social en la UE y el 33% en España.