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Columna
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La gran familia de perdedores

Este ha sido el annus horribilis de Colonial. El gran plan de Luis Portillo para crecer desorbitadamente terminó por fundir hasta los últimos resortes de la compañía. La empresa del anterior presidente arrastra una deuda de 8.900 millones de euros y una capitalización de tan sólo 1.400 millones. Portillo y otros debieron reducir su participación con vistas a pagar las deudas que supuso el apalancamiento de su participación. Y eso sucedía al tiempo que las acciones de la vapuleada inmobiliaria española cayeron un 80%, cuando también se frustraba el coqueteo con el Investment Corporation of Dubai (ICD).

Con este panorama, el trueque de deuda por capital significa una buena noticia para los dos grupos de bancos implicados en el melodrama. Los prestamistas españoles, con una participación minoritaria, accedieron a cancelar la deuda que Portillo mantenía con ellos a cambio de un pedazo de la compañía. Las cuatro entidades que prestaron a Colonial para crecer -entre ellos Goldman Sachs y RBS- arrastran una deuda de 6.500 millones de euros. Pero en ese deprimente escenario, los bancos -propietarios de un tercio- se sienten más felices que sus competidores, sobre todo que aquellas inmobiliarias que todavía intentan vender para cubrir deuda.

No obstante, los bancos que prestaron a Portillo permanecen sentados en una montaña de pérdidas. La Caixa, por ejemplo, soporta una deuda de 161 millones de euros por una participación del 5,4% en Colonial. Con un precio de 1 euro por acción, los títulos que tiene ahora, 88 millones, no alcanzan a valer 90 milones. Sólo para salir tal y como entró, el banco necesita que se superen los 1,83 euros por acción, lo que coincide con el precio que ICD ofreció al banco en febrero.

Esos cambios en el accionario explican que Colonial se disparara ayer un 13,48%. Los grandes bancos ahora socios tienen más capacidad para vender el 84% que tiene en la francesa Société Foncière Lyonnaise (SFL) y lo mismo se puede afirmar sobre la posibilidad de desprenderse del 15% en FCC.

Aún con esas, no pueden confiar en recuperar todas sus pérdidas. Aunque el mercado inmobiliario de oficinas en España no esté tan sobredimensionado como el residencial, la venta de los bloques de oficinas que Colonial posee en Madrid, particularmente, pueden sufrir alguna recaída. Y, si los precios comienzan a bajar, vamos a tener una familia de perdedores demasiado numerosa para lo que ya es un exceso de pesadumbre. Por George Hay

Buffett necesita más

A Warren Buffett le gusta sorprender a sus accionistas. En la víspera de la reunión anual de Berkshire Hathaway hace dos años anunció un acuerdo por 4.000 millones de dólares para comprar el 80% de Iscar, un grupo industrial israelí. Ahora, apenas cinco días antes de la reunión de este año, ha revelado un compromiso por 6.500 millones de dólares como parte de los 23.000 millones de dólares para adquirir Wrigley junto al confitero Mars.Es otro milmillonario bocado para el presidente de Berkshire. Pero necesita más. La compañía despista tanto que a pesar de inversiones como la de Iscar en 2006 y de la compra el año pasado por 4.500 millones de dólares del 60% de Marmon Holding, de la familia de Pritzker, el balance de efectivo de Berkshire se ha sostenido obstinadamente entre 43.000 millones y 45.000 millones de dólares en cada uno de los últimos tres años.Buffett reconoce el problema. El informe anual de Berkshire revela que el conjunto de Iscar, Marmon y Wrigley está realmente en la parte baja del rango entre 5.000 y 20.000 millones de dólares que la compañía prefiere para inversiones. El jefe de Berkshire también reconoce que su historial de inversión estelar es insostenible con la escala actual de la compañía. Esto puede ayudar a explicar por qué su stock está poco representado en el S&P 500 en las condiciones más estables de los últimos dos meses.No ayuda a la tarea de encontrar grandes acuerdos la insistencia de Buffett en que no participará en las subastas. El acuerdo entre Mars y Wrigley puede estar dando a los últimos accionistas una prima bastante buena, pero implica el entendimiento familia a familia también. Esto está en línea con el estilo Buffett, y le ha servido. Pero incluso con las compras apalancadas en suspenso, no hay muchas compañías públicas -ni privadas- cuyos consejos quisieran comprar con precios más altos.Bajo esas circunstancias, Buffett pudo incluso haber considerado tragarse Wrigley entero. Lo más probable es que Mars haya estado enchufado y él haya tomado su propio consejo: 'Es mejor tener una parte del Hope Diamond que poseer entera una imitación'. El acuerdo significa que tiene finalmente una excusa para masticar algún otro que su propio See's Candy con que entretener a miles de accionistas el sábado. Por Richard Beales

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