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Columna
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¿Cómo lo ven los emergentes?

Los países emergentes, que continúan con altos crecimientos económicos, se convierten en un pilar para sobrellevar lo que el autor considera abiertamente como una crisis económica mundial. Sin embargo, estos países no están a salvo de las turbulencias

Bien, ya sabemos el resultado del último G7. Para algunos, el mejor ejemplo de coordinación internacional para enfrentarse a una crisis ya global. Para otros, una coordinación que sigue siendo complicada y titubeante. Aunque se ha marcado un plazo, hasta 100 días, para concretar la mejora en la supervisión, valoración del riesgo y hasta afloración de pérdidas por la banca, lo cierto es que se admite abiertamente que la crisis es demasiado compleja, la incertidumbre elevada, como para tener ideas claras sobre como enfrentarse a ella. Sólo hay un tema donde hay unanimidad: se trata de una crisis originada en los mercados desarrollados, con la economía norteamericana como el principal factor de riesgo en estos momentos para la demanda mundial.

Aunque son muy pocos los que defienden el escenario de decoupling entre las economías desarrolladas y las emergentes, estas últimas mantendrían aún un elevado crecimiento económico a pesar de la desaceleración de la demanda mundial. Durante las reuniones internacionales del fin de semana hemos escuchado que las economías emergentes son 'un punto de luz' ante los claroscuros del crecimiento global. En definitiva, buena parte de las autoridades internacionales confían en el dinamismo de la demanda mundial, pese a la más que probable contracción de la demanda norteamericana, por el propio dinamismo de las economías emergentes. ¿Y el proteccionismo? Por primera vez durante la campaña presidencial norteamericana un candidato ha aludido a la amenaza proteccionista sobre estas economías (China) en caso de que no aceleren la apertura de sus mercados y economías. Desde el punto de vista financiero, se confía en los fondos soberanos (la mayoría fondos públicos con origen en Asia y Oriente Próximo) para proporcionar liquidez a unos mercados, entidades financieras, cada vez más necesitados de dinero. Se valoran estos fondos como fuente de capital para el sector financiero internacional, pero no se tiene muy claro como manejarlos considerando su falta de transparencia. Se necesitan, pero también hay límites desde el punto de vista estratégico y político para su entrada.

Pero ¿qué opinan los países emergentes de la Crisis? Simultáneamente al G7 también se reunió el G24, enmarcado igualmente en la Reunión de Primavera del FMI. Las conclusiones (intento ser literal) de esta Reunión tampoco se pueden obviar:

Los países emergentes reconocen que es sólo cuestión de tiempo que la inestabilidad les acabe afectando

l Manifiestan su inquietud por la vulnerabilidad del Sistema Financiero Internacional. Piden a los países desarrollados que tomen medidas decisivas para afrontar la crisis económica y financiera, fortalecer el marco regulatorio y de supervisión, al mismo tiempo que mejorar su eficacia.

l Los países emergentes han mostrado su capacidad de resistencia a las turbulencias, respaldados por parámetros fundamentales sólidos, políticas económicas adecuadas y reservas financieras acumuladas a lo largo de los últimos años.

l Pero no están exentos de riesgos: presiones inflacionistas, flujos desestabilizadores de capital de corto plazo, desaceleración de la demanda de exportaciones e inestabilidad en los mercados de renta variable.

l Piden a los países desarrollados que ayuden a los países en desarrollo más pobres a enfrentarse al fuerte aumento de los precios de los alimentos y de la energía. Piden al Banco Mundial y al FMI asesoramiento y apoyo financiero para enfrentarse a la crisis. Además, solicitan el firme compromiso de no recurrir a medidas proteccionistas. Es acuciante avanzar en la liberalización comercial, eliminando subsidios en la producción agrícola en los países desarrollados.

l Coinciden con los países desarrollados en el importante papel que debe desempeñar el FMI para elaborar una respuesta conjunta a la crisis. También, para una futura reformulación de la arquitectura financiera mundial. Pero la Institución Supranacional debe mejorar la supervisión de las economías avanzadas, proporcionando señales de alerta anticipada de riesgos emergentes.

l Es fundamental crear un nuevo mecanismo de liquidez financiera para facilitar la integración de los países en desarrollo en la economía mundial, ayudando con ello a reducir las debilidades ante imprevistos originados en los mercados maduros. La Globalización ofrece oportunidades a los países emergentes, pero también los expone a mayores riesgos.

Dos terceras partes del comunicado del G7 se centró en la crisis financiera. La última parte en la necesidad de combatir los desequilibrios y elevada volatilidad en los mercados de divisas. Concretar posturas para enfrentarse a la crisis, cuando algunos siguen aludiendo a simples turbulencias ocho meses más tarde. Cierto que más persistentes y probablemente también con mayor coste a lo esperado en principio. El G24 parece tener las ideas más claras: es la ventaja de ver la crisis a distancia. Pero reconocen que es sólo cuestión de tiempo que la inestabilidad les afecte. De hecho, ya la sienten. Demandan lo mismo que los países desarrollados, aunque de forma más firme. Realmente, pueden hacerlo.

José Luis Martínez Campuzano.Estratega de Citi en España

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