Liquidez, tipos y mercados
Sobre todo me sorprendió el día, domingo, en el que la Reserva Federal se reunió para aprobar nuevas medidas destinadas a seguir asegurando la liquidez y el buen funcionamiento del sistema financiero, fundamentos esenciales para promover el crecimiento económico que, junto con el control de la inflación, es el objetivo prioritario de la Fed.
Pero ante lo efímero de las recientes actuaciones del banco central norteamericano en la materia, el paulatino deterioro de los mercados de crédito, el tensionamiento del spread depo-repo -la diferencia entre lo que obtiene un banco por sus depósitos en el banco central y lo que le cuesta pedir prestado- y las dificultades de las entidades financieras -como muestra un botón, la provisión de financiación para Bear Stearns-, la Fed de nuevo ha preferido actuar, aun a resultas de que los mercados puedan llegar a pensar que la situación es más crítica de lo que es.
Y es que el que llegó a ser quinto banco de inversión norteamericano, cuya capitalización rondaba los 20.000 millones de dólares, ha tenido que ser rescatado en una actuación conjunta de la Reserva Federal y JPMorgan -la financiación asciende a 30.000 millones de dólares-. Tras el descalabro, la confianza del mercado en las instituciones financieras se resiente de nuevo.
Las nuevas medidas, continuación de las anunciadas desde diciembre de 2007 -tendentes a inyectar liquidez- consisten en:
l La creación de un programa de facilidad de préstamo con el objetivo último de proveer de financiación a las entidades participantes de los mercados de titulización de activos (donde parece radica la esencia de todos los males).
l La rebaja del tipo de redescuento, segunda ventanilla o préstamos a tipos de interés algo superiores al tipo básico y destinados a entidades que no tienen bastante con la facilidad de financiación principal (los Fed funds).
l El aumento del vencimiento del crédito primario (posibilidad de retrasar el pago de los préstamos al banco central). Y es que la Fed, el Tesoro, el Congreso y hasta la SEC están haciendo lo imposible para ayudar a las instituciones financieras norteamericanas.
Además de todo ello, se esperan nuevas rebajas en el precio oficial del dinero en el área dólar. El mercado de futuros sobre tipos de interés está descontando en una proporción altísima que tras la reunión del Comité de Mercado Abierto de hoy se anunciará una nueva rebaja de entre 75 y 100 puntos básicos del tipo de los Fed funds. En este punto temo por la cotización de las materias primas, petróleo en especial, y su repercusión sobre la inflación si el dólar se deprecia aún más.
¿Es malo ayudar a un sistema financiero en dificultades? Desde mi punto de vista en absoluto. Eso sí, siempre que se tomen las medidas oportunas para que en un futuro no se vuelva a repetir, cuanto menos, la causa primera de este problema. ¿Es demasiada ayuda la que se le está proporcionando? Eso se verá más adelante. Finalmente el mercado es el agente económico que evaluará y decidirá sobre este asunto, aunque tengo la sensación de que todavía no tenemos suficiente información para acabar de valorar la situación y sus implicaciones. Quizá la honradez y la comunicación clara y precisa sean políticas que debieran instrumentarse por parte del regulador.
El verdadero problema no es que el sector financiero esté en horas bajas, la cotización de los bancos caiga y, a resultas de ello, los índices bursátiles, donde habitualmente el sector financiero tiene un peso importante, retrocedan. El verdadero problema estriba en que el deterioro del sistema financiero norteamericano continúe extendiéndose al resto del sistema financiero internacional y finalmente se produzca la temida restricción del crédito. Porque el racionamiento del crédito perjudicaría tremendamente la economía real, que es algo que, en mi opinión, el mercado no ha empezado prácticamente a descontar.
Ayer lunes a los mercados de acciones no les gustaba el panorama. En los próximos días Goldman Sachs, Lehman Brothers y Morgan Stanley presentarán resultados: veremos cómo son de buenos, o de malos Veremos en todo caso en qué clave los interpreta el mercado.
Jesús Muela, Director y responsable de 'corporate finance' y análisis financiero de GVC