¿Quién ha gestionado mejor la economía?
El autor analiza la evolución de la economía española en el actual ciclo iniciado en 1993 con la intención de aportar luz al debate sobre cuál de los mandatos, el periodo del Gobierno de José María Aznar o la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, fue más próspero
El actual ciclo iniciado en 1993, y todavía no concluido, representa uno de los periodos más brillantes vividos por la economía española. Tal vez el dato resumen que podría sintetizar esta evolución sea el comportamiento de la renta per cápita respecto a la media de la UE que, en el plazo de 14 años, se ha aproximado nada menos que en 12,5 puntos, esto es, una convergencia de casi un punto al año. Pero no es el único indicador que se ha homologado al europeo durante este periodo. Variables tan relevantes como la tasa de actividad o de desempleo, los niveles de capitalización privada y pública, el esfuerzo en I+D+i, la internacionalización de nuestras empresas y el aumento de su tamaño, etc., han experimentado cambios acusados en estos años, determinando una economía mucho más compleja, rica y sofisticada.
Por todo ello, resulta curioso observar la valoración tan crítica que se hace de estos últimos cuatro años por parte de algunos políticos y medios de comunicación, dando a entender que los periodos anteriores fueron sensiblemente mejores. De poco valen los datos que puedan presentarse para negar tales valoraciones y mucho menos tratar de explicar que una parte no despreciable de estos resultados se basa en los acuerdos (la entrada en la eurozona), y en los ajustes (el plan de convergencia exigido para dicha entrada) adoptados durante el cuarto mandato de Felipe González con el ministro Solbes como responsable de la cartera de Economía. Cuando no se quiere escuchar, ningún razonamiento es válido, y si la realidad desmiente los argumentos, la que está equivocada, ¡cómo no!, es la realidad (el episodio vivido con el crecimiento del cuarto trimestre del PIB y el INE no deja lugar a dudas)
Por ello, llevar adelante la tarea de explicar y cuantificar para las personas que, bienintencionadamente, quieran debatir sobre qué es lo que ha sucedido en estos 12 últimos años, aportando algo de luz a dicho debate no es tarea fácil en absoluto.
Cada crítica gratuita se traduce en mayor incertidumbre en los mercados internacionales y en un incremento temporal del coste para toda la economía
Decisiones previas
Segunda decisión, para simplificar la elaboración se va a estimar que los años correspondientes a cada mandato cubren los años 2000 a 2003 para el Aznar II, y 2004 a 2007 para el primero de Zapatero, a pesar de que algo más de un trimestre del primer año de cada mandato corresponde al precedente.
Tercera decisión, las variables macroeconómicas objeto de estudio serán las utilizadas en los análisis de coyuntura convencionales.
Finalmente, dado que el número de variables elegido (siete), la forma de presentación de las mismas será mediante un indicador sintético que permita resumir en un simple dato la información suministrada por las mismas.
Índice de Okun
El resultado es claro. El mandato de José Luis Rodríguez Zapatero es el que ofrece un índice menor. Esto es, a pesar de que en le debate electoral se niegan ambos datos, la realidad nos muestra que la suma de las tasas de inflación y de desempleo ha dado los mejores resultados (la media más baja) en los últimos cuatro años, 1,8 puntos inferior al segundo periodo de Aznar.
Indicador de desequilibrios agregado
Como puede observarse en dicho gráfico no 2 el mejor periodo corresponde al segundo de José María Aznar, en la medida que la suma de los desequilibrios contemplados es algo inferior en dicho mandato. En este caso, la diferencia entre ambos periodos es de algo menos de tres décimas.
En resumen, ninguno de los dos indicadores de desequilibrios más habitualmente utilizados en la literatura económica muestra que los últimos cuatro años hayan sido significativamente peores que el mandato precedente sino más bien todo lo contrario. Los índices muestran, a su vez, como dato relevante, que la suma de los desequilibrios fundamentales de la economía española ha mejorado en los dos últimos mandatos.
Indicador de crecimiento
Se aprecia cómo, en este caso, nuevamente el mandato de Zapatero ha sido claramente mejor que el último de Aznar (1,1 puntos de diferencia media a la largo de los periodos considerados).
Indicador sintético de gestión
Como se aprecia en el gráfico no 4, la suma de estos dos indicadores que incorporan siete variables macroeconómicas relevantes muestra que los resultados obtenidos durante el último cuatrienio han sido evidentemente mejores. Esto es, el mandato que presenta un indicador sintético mejor es el correspondiente a Rodríguez Zapatero, con una diferencia media respecto al anterior mandato de 1,2 puntos.
Conclusiones
Sin lugar a dudas siempre existirán elementos de crítica y valores que hubieran podido ser mejores, pero no es menos cierto que descalificaciones globales, sin cifras, basadas en la opinión personal o en indicadores parciales no es bueno ni para el debate ni para la propia economía. Infundir pesimismo gratuitamente, poner en tela de juicio las estadísticas simplemente porque no avalan mis hipótesis, o criticar las instituciones (cajas de ahorros, bancos, Banco de España), sin aportar una sola prueba, pensando en obtener rentabilidad política, es una irresponsabilidad. Cada crítica gratuita se traduce en mayor incertidumbre en los mercados internacionales y en un incremento temporal del coste para las instituciones afectadas y para toda la economía.
El debate político-económico ofrece multitud de posibilidades. La práctica totalidad de las medidas de política económica no constituyen verdades inapelables, sino que por el contrario presentan un sinfín de matices que permiten formular multitud de valoraciones y críticas. Pero este ejercicio exige conocimiento, capacidad, trabajo y sobre todo la necesidad de explicitar con claridad la alternativa de cada partido. Y este sano ejercicio no siempre es fácil. Resulta mucho más sencillo formular críticas y descalificaciones generales, con pruebas circunstanciales, marginales, incompletas o nulas y colocar al adversario en la necesidad de justificarse, que debatir en positivo con datos contrastables y posiciones perfectamente explicitadas. Igualmente, es más fácil generar costes a la economía y a los ciudadanos cuando se sospecha que no se va a tener la responsabilidad de gestionarlos. Si con mis críticas agravo las expectativas de los agentes, y en economía las expectativas juegan un papel determinante, peor para el equipo gestor que tiene que afrontarlas.
Para concluir, una reflexión última. No es entendible qué rédito político puede aportar a la oposición el catastrofismo económico, cuando el único equipo que cuenta con experiencia para enfrentarse a un periodo de dificultades y salir del mismo es el presidido por el actual ministro de economía y vicepresidente primero del Gobierno. El debate entre Solbes y Pizarro fue muy esclarecedor al respecto.
Aurelio Martínez Estévez Presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO)