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Anna Birulés

'Hay que estar preparados para la desaceleración de los ciclos'

Dice administrar bien su tiempo, tanto laboral como personal. Y por si alguien la tienta para volver a ser ministra, tras los resultados electorales, advierte que está 'centrada'. Haga lo que haga, siempre es importante

Anna Birulés, economista, nacida en Gerona hace 53 años, afronta con una gran naturalidad el delicado momento que atraviesa el sector inmobiliario, donde, una vez abandonada la política, desarrolla su carrera profesional. Da la sensación de estar a gusto en todas y cada una de las facetas que le toca desempeñar. La clave, asegura, está en la responsabilidad. Se muestra crítica con las políticas de educación que se están aplicando, ya que 'de ello depende el futuro de España'.

¿Cómo afronta un directivo una crisis como la que afecta al sector inmobiliario en estos momentos?

Con normalidad. Las compañías han de existir y han de estar concebidas para los momentos más álgidos del ciclo, pero también para los más bajos, de manera que cuando llegan los más bajos, aquellas empresas que están más preparadas por sus infraestructuras para ambos ciclos pueden hacer negocios y desarrollar su actividad. Lo importante es tener flexibilidad, equipos potentes y multidisciplinares, diversificación de riesgos y un mercado suficientemente amplio. No todas las economías tienen la misma intensidad, y hay que tener capacidad de reacción. Nosotros, desde hace tiempo, hemos visto que estamos preparados para un proceso de desaceleración del ciclo, debido a nuestro proceso de internacionalización, diversificación de productos y de mercados.

¿La clave está en anticiparse a la crisis?

Nosotros reaccionamos profundizando en los puntos fuertes y acelerando otros temas, como el de la internacionalización y la apertura de la oficina de Nueva York. Hemos ampliado nuestra base de clientes a nivel internacional. Lo importante es tener concebida la empresa para que se pueda adaptar y reorientar a las circunstancias concretas de su ámbito de negocio.

¿Pero es en estos momentos cuando al personal se le exige un mayor esfuerzo y dedicación profesional?

En momentos de desaceleración lo que se requiere es focalizarse en aquello que sea prioritario. Es necesario ser capaces de adecuarse, y no se trata de dedicarse más o menos a la actividad que se desarrolla. Lo que se necesita es poner el foco en aquello que te permita avanzar según las circunstancias del mercado. Hay veces en las que domina el vendedor y la manera de actuar es diferente de la que se tiene cuando el que predomina es el consumidor.

¿Es más estresante ser ejecutiva o ser ministra?

En cuanto a dedicación, tiempo, esfuerzo y presión, es lo mismo. En política hay más visibilidad, pero las reglas son un poco las mismas. Una cosa es responder ante el accionista y otra cosa, bastante más compleja, es hacerlo ante los ciudadanos. La diferencia sería cuantitativa.

¿Le dedica igual número de horas?

Yo le dedico siempre a lo que hago todas las horas. No es fácil porque requiere de dobles esfuerzos. Nunca desconecto, siempre tengo en mente la actividad a la que me dedico, forma parte de mi vida. Es difícil conciliar cuando te dedicas a una actividad profesional, pero es necesario que haya flexibilidad y que ésta esté asumida dentro de la organización. En Renta Corporación, el 68% de los profesionales son mujeres, y tenemos el mismo porcentaje en el nivel directivo. Así, el tema de la conciliación, pero sobre todo de la flexibilidad, está instaurado, forma parte de los principios de la compañía. Si queremos tener buen talento, que tenga ganas, que se adapte a las diferentes circunstancias y que se anticipe, ha de contar con un entorno que le permita desarrollarse personal y profesionalmente.

¿Qué lección aprendió de su paso por la política y ha trasladado a la empresa?

El sentido de la responsabilidad ante los ciudadanos, con lo que realmente se puede impulsar y contribuir positivamente al avance de un país. Con los instrumentos que se tienen desde un Gobierno se puede y se debe contribuir al desarrollo. A veces se hace poco. Muchas veces hay que dedicarse y emprender actuaciones de rentabilidad a corto plazo, pero que son muy importantes. Las empresas están más acostumbradas a competir, a mirar a su entorno, y además a entender cuál es la dinámica para crear riqueza y valor. Si sólo miras el corto plazo, la empresa no va a durar. Quizá haga negocio, pero no perdurará. En política, muchas veces, se mira el corto plazo. No sólo deben centrarse en la competencia de técnicas electorales, sino también en la responsabilidad de que el país compita en el mundo. Hay cada vez más actores que quieren competir y crear riqueza para sus ciudadanos.

¿Nota que está ahora mejor valorada siendo ejecutiva que cuando era ministra?

No tengo esa percepción. El papel de los políticos es importantísimo, ya que delegamos aspectos de nuestra vida. Aunque debería mejorar, hay políticos que han recuperado una gran parte de credibilidad. A nivel de competitividad del país deberían hacer un gran esfuerzo y que hubiera una mayor complicidad entre el mundo público y privado. En España y en Europa, hemos entrado en dinámicas donde impera el cortoplacismo en el juego político. Proyectos que ilusionen hay poquitos, y debería haberlos en temas decisivos como la educación o la sanidad, ya que es la clave para que un país pueda competir. Esto requiere, además, de un liderazgo, de saber convencer, de buscar complicidades. A veces, es un poco cansado, además de ser una profesión mal pagada. En mi caso, cuando entré en la política yo venía del mundo privado y, por tanto, no era el centro de mi vida, así que no tuve problema en volver a la empresa. Debería haber una mayor permeabilidad y una exigencia de cualificación, y en consecuencia una mejor retribución. No queremos a los peores; si queremos gente a la que se pueda exigir, ha de ser gente buena. Hay gente buena y abnegada, pero un político no tiene que ser abnegado. En política, se está reduciendo la oportunidad de atraer el talento debido a que los incentivos son un poco flojos.

¿Qué cree que aporta a Renta Corporación?

Creo que ayudo en la gestión y, debido a los años de experiencia, intento aplicar una visión global al negocio. Intento ser exigente conmigo misma. Creo que todo cuesta, y cuesta lo mismo hacerlo bien que mal. Es un objetivo. Hacer las cosas bien hace que se necesite programarse para ello. Hacer ese esfuerzo es beneficioso. Se trata de ser eficiente y de optimizar los recursos.

Dicen que la función ejecutiva está sometida a demasiadas presiones, ¿es fácil desempeñar este papel?

No es peor que en otros momentos, hay que coger más aviones porque cada vez hay más gente compitiendo globalmente. Es un elemento cualitativo; también hay que tener miras y conocimiento, así como buscar gente que no sólo tenga capacidad de adaptación y experiencia en mercados y en modos de hacer las cosas de manera diferente.

La plantilla de Renta Corporación es de 140 profesionales, ¿tienen previsto incrementarla este año?

Tenemos previsto aumentar un poco la plantilla. Estamos presentes en España, Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos y vamos a intensificar en estos países nuestra actividad. No tenemos intención, de momento, de entrar en otros países, lo que queremos es intensificar nuestra presencia en los destinos en los que estamos, ya que son mercados muy líquidos, donde podemos desarrollar ampliamente nuestra actividad.

¿Tienen alguna medida especial para atraer a los profesionales cualificados, que cada vez escasean más según los expertos?

En el caso de Renta Corporación se ha hecho realidad algo que sucede en las empresas del siglo XXI, donde el principal activo son las personas, los equipos con talento, motivado, con flexibilidad y multidisciplinar. En la política de nuestra empresa este elemento está muy presente, y no es un tema a delegar en el departamento de recursos humanos. Ha de ser inherente a la estrategia de la empresa, desde el momento de la selección del personal al desarrollo de su carrera profesional. Además, hemos aprobado para todos los empleados, no sólo para los ejecutivos, un plan de acciones.

Es una herramienta que crea vínculo.

Sin duda, porque es un reconocimiento de que la empresa y su desarrollo depende del talento y de su contribución al desarrollo de la organización. Que una compañía haga este reconocimiento a largo plazo y que haga accionistas a sus empleados es importante, ya que se premia esa generación de riqueza. Pero también desarrollamos acciones desde el punto de vista de la formación, destinadas a personas que hacen un verdadero esfuerzo, ya que, además de trabajar, se forman.

¿Qué índice de rotación tienen?

Muy bajo, casi inexistente. La gente no suele marcharse de aquí porque ve que hay un verdadero plan de desarrollo tanto personal como profesional. Hay gente que tiene ofertas del sector y que se marcha, pero son los menos.

Fascinada por el mundo global

De la conversación se extrae su fascinación por la globalidad. 'No sé si me encanta porque la realidad es así. Lo que es evidente es que o actuamos en un mundo global o no tenemos nada que hacer'. Por tanto, eso requiere, y no sólo sirve para las empresas sino también para las personas, 'un poco de movilidad'.Anna Birulés, por si acaso, y ésta siempre ha sido una máxima que ha intentado perseguir a lo largo de su carrera profesional, advierte que procura adaptarse al mundo cambiante. 'Por supuesto que hay retos, dificultades, pero el progreso es constante y todos tenemos que adaptarnos a los cambios que se producen. Son las reglas del juego'. Y si se nada a contracorriente, 'el mercado te discrimina'. Opina que algo que enriquece a las personas es viajar. 'Me gusta hacerlo por trabajo, pero también en mi vida personal. Es un modo de aprender constantemente'.

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