El Banco de España reclama más esfuerzo inversor en China y el Este
Un informe del Banco de España destaca la multiplicación de la inversión directa en el exterior operada en los últimos tres lustros, pero hace hincapié en las 'oportunidades' que se podrían estar perdiendo en territorios como el sureste asiático o el este de Europa.
La inversión española en el exterior va por buen camino, aunque, según el Banco de España, podría estar perdiendo algunas oportunidades. En un artículo publicado en su último boletín económico, el Servicio de Estudios de la entidad destaca la enorme pujanza inversora de la economía española en los últimos tres lustros. La participación en la tarta mundial ha pasado del 3,5% en el periodo 1995-2005, a más del 5,5% entre 2001 y 2006 (se utilizan valores medios en los periodos, para reducir la fuerte volatilidad). Esa cantidad supera de largo la participación española en el PIB mundial o su cuota exportadora, que no llegan al 2%.
El informe recoge la extraordinaria importancia que han tenido Latinoamérica y la Unión Europea como destinos de la inversión extranjera directa (IED) realizada por empresas españolas, aunque recuerda algunos 'debes'. Es el caso de Estados Unidos, el primer receptor mundial, donde la presencia española sigue siendo escasa. Una discrepancia 'especialmente significativa en el caso de Asia': recibió cerca del 19% de la inversión directa mundial entre 2001 y 2006, y sólo un 2% de la IED de España. Algo parecido sucede con los nuevos países miembros de la UE.
El Banco de España explica que parte de esta infraponderación se debe a la 'lejanía geográfica, la ausencia de lazos culturales y el patrón de especialización de ambas áreas', diferente al mostrado por la IED española. Así, la llegada de capitales a China se centra en sectores industriales, atraídos por los bajos costes de mano de obra y el gran mercado nacional.
Sólo 105 empresas han acaparado el 90% de la inversión española en el exterior desde 2003
El informe sostiene, en todo caso, que se están dando pasos hacia una menor concentración geográfica y sectorial. Sin embargo, la presencia en Asia y en los nuevos países de la UE 'podría estar suponiendo una pérdida de oportunidades para las empresas españolas'.
Destinos. Dominio absoluto de Europa y América Latina
El patrón geográfico de la inversión española difiere bastante de la del conjunto del mundo. En la segunda mitad de los noventa, cuando se inició el gran boom inversor español, América Latina llegó a concentrar en 45% del capital invertido, mientras que del conjunto del mundo a la región apenas llegaba el 7%. El informe justifica el movimiento por la privatización de empresas y liberalización de sectores en los países receptores y la cercanía cultural. El segundo mercado receptor era entonces la UE, con un 40% de llegada, similar al del conjunto del mundo. En la siguiente gran oleada, ya entre 2001 y 2006, los mercados latinoamericanos perdieron dinamismo 'por el alto nivel alcanzado', la 'incertidumbre regulatoria' o las 'crisis financieras y económicas', entre otros factores. En cambio, se ha disparado la inversión hacia Europa (sobre todo en el Reino Unido), que acoge dos tercios del capital invertido por España en el exterior.
Sectores. Mandan los servicios y las tecnologías medias y bajas
Las inversiones españolas se concentran en el sector servicios, que acogía más del 78% de los flujos entre 2001 y 2006. Dentro de éste, destaca el sector financiero y las telecomunicaciones, donde predominan grandes empresas 'que han incorporado los avances tecnológicos más recientes'.En la comparación entre los dos periodos estudiados, se observa un cierto incremento de la inversión en sectores más avanzados, como las telecomunicaciones, y tímidos avances en manufacturas de tecnología media-alta y algo más pronunciados en el sector inmobiliario.El informe destaca la elevada concentración del origen de las inversiones: entre 2003 y 2006, el 1,1% de las empresas que invertían en el exterior representaban más del 90% de la IED española. El Banco de España cree que 'existe una creciente base de empresas que realizan operaciones de menor cuantía', que 'podrían aumentar su proyección al exterior', con más inversión en I+D.