Por un puñado de derechos de emisión
Lucha contra el calentamiento global. El cambio climático resulta hoy una certeza que muy pocos discuten. La prioridad ahora es, según los autores, frenar sus efectos con la implicación de todos los países desarrollados y el compromiso de participación de los que todavía están en vías de desarrollo
Los recientes cambios en la posición de Estados Unidos en relación al cambio climático y su disponibilidad para discutir una estrategia global representa una novedad muy importante, dado que una postura conjunta por parte de todos los países desarrollados facilitará la participación comprometida por los países en vías de desarrollo.
Estos últimos, y particularmente China e India, están aumentando fuertemente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Así, la implicación de los países en vías de desarrollo con emisiones significativas de GEI en una política global de lucha contra el cambio climático se torna imprescindible. Para estos países, la estrategia más adecuada no debería estar basada en objetivos cuantitativos obligatorios, sino que deberían ser premiados por cualquier reducción de emisiones respecto de un nivel referencial que estuvieran en condiciones de lograr. Se trata de un esquema muy similar al de los mecanismos de desarrollo limpio (MDL) actualmente previstos en el Protocolo de Kioto. Por lo tanto, su funcionamiento constituye un banco de pruebas de los eventuales mecanismos que formen parte de una futura política global de reducción de GEI.
El mercado de MDL está desarrollándose a un ritmo creciente. Así, mientras en el periodo 2002-2004 se comercializaron en el mercado créditos derivados de proyectos MDL (Certified Emission Reductions o CER) por valor de 130 MtCO2e (millones de toneladas equivalentes de CO2), 2005 registró transacciones primarias (o de proyectos) de CER en torno a 340 MtCO2e, siendo el volumen de transacciones en 2006 de 450 MtCO2e. Simultáneamente, y dado que la directiva de enlace permite el uso de MDL en el Sistema de Comercio de Emisiones (SCE), la importancia de Europa se ha incrementado, representando en 2006 aproximadamente el 75% de la demanda en el mercado primario, siendo España el tercer mayor comprador, con un 8% del mercado.
Para los países en desarrollo, la estrategia más adecuada no debería estar basada en objetivos cuantitativos obligatorios
El aumento de la demanda conlleva el incremento de los precios de los CER. Si en 2005 el precio medio del CER en el mercado primario fue de alrededor de 5,5 euros/tCO2e, en 2006 creció hasta 8 euros /tCO2e. En el mercado secundario, los CER están comercializándose actualmente a 16-17 euros/tCO2e en Nordpool. A pesar de estos precios elevados, los CER representan una alternativa favorable con respecto a las cuotas de emisión para el periodo 2008-2012 negociadas en el mercado europeo que, para 2006, se comercializaron por encima de 15 euros/tCO2e y ahora por encima de 20 euros/tCO2e.
Las posibilidades de un mayor crecimiento de la oferta de CER son significativas. Un estudio reciente del Banco Mundial estima que los proyectos ya identificados o en proceso de desarrollo podrán producir en conjunto, en el periodo 2008-2012, una oferta adicional de CER de aproximadamente 1.500 MtCO2e. Esta oferta se dirigirá a los Gobiernos y a los operadores europeos y de los otros países que han asumido compromisos cuantitativos de reducción de emisiones dentro del Protocolo de Kioto. En el caso de Europa, la demanda de MDL por parte de los Gobiernos y de los participantes en el SCE, según recogen los planes nacionales de asignación (PNA) 2008-2012 notificados a la Comisión, podría alcanzar 1.000 MtCO2e en el quinquenio. Para este mismo periodo, la demanda por parte de otros países, principalmente Japón, se estima en 150 MtCO2e. Considerando, en buena lógica, que una fracción de los proyectos identificados no llegue a la fase operativa, no dando lugar por lo tanto a la asignación de CER, el mercado parece dirigirse a un equilibrio sustancial (que es exactamente el funcionamiento esperado de un mercado).
Sin embargo, este mercado se ve amenazado por las decisiones de la Comisión Europea con respecto al PNA 2008-2012, por las cuales algunos Estados miembros han visto reducidos sus límites para recurrir al esquema de CER en aras de la suplementariedad. Este principio, introducido por el Protocolo de Kioto, impone que el recurso a los MDL contribuya sólo en parte al esfuerzo en la limitación de las emisiones.
Una demostración de la aplicación de este principio apareció por primera vez el pasado noviembre en las decisiones de la Comisión durante la evaluación de los primeros PNA 2008-12, habiendo reducido hasta ahora en cerca de 120 MtCO2e al año la demanda de MDL por parte de los Gobiernos y operadores europeos, lo que supone una reducción de 600 MtCO2e durante el quinquenio.
Se trata de más de la mitad de la demanda europea prevista, lo que inevitablemente acarreará consecuencias para los proyectos que están en fase de planificación, y que reducirá seguramente el entusiasmo de los países en vías de desarrollo, quienes ven disminuir sus oportunidades de crecimiento. Si Europa aspira a asumir un papel de liderazgo en la definición de estrategias en los escenarios de post-Kioto, proponiendo por ejemplo el sistema de emisiones como modelo para un mecanismo de cap and trade que implique a todos los países desarrollados, probablemente debería prestar más atención al impacto de sus decisiones sobre las expectativas de los países en vías de desarrollo, socios imprescindibles para participar en esta estrategia común.
Alberto Pototschnig
Socio y consejero delegado de Mercados de Energy Markets International